Descenso de ríos en cilindro hinchable
Una nueva modalidad de descenso de ríos es el bus-bob, una especialidad que comenzó a practicarse en la zona leridana del río Noguera-Pallaresa. Consiste en dejarse llevar por la corriente subido a un artilugio hinchable de lona en forma de cilindro que soporta el peso de varias personas. Fue un monitor francés afincado en tierras leridanas quien encargó este tipo de embarcación a la empresa Zodiac. Desde entonces, el bus-bob forma parte de la oferta de algunas de las empresas dedicadas a los deportes de aventura,que incluyen esta especialidad junto al rafting o el descenso de ríos en canoa. El bus-bob, que comenzó a practicarse hace unos 10 años, todavía no goza de tanto predicamento entre los aficionados a la aventura como el rafting, este último más consolidado. Sin embargo, el cilindro hinchable resulta igual de divertido y trepidante. Y hasta se ha desplazado en los últimos años a las playas, donde se practica en plan esquí náutico.El bus-bob puede albergar hasta a siete personas. Éstos van a lomos, como si montaran a caballo, y sujetos a unas asideras. En la parte trasera se coloca el monitor y a lo largo del cilindro cada uno de los navegantes que intentan sortear todos los obstáculos a base de continuas paladas con sus remos. En este sentido, el bus-bob es muy parecido al rafting, aunque el equilibrio desempeñe un papel más importante en el primero.
Si se practica en el mar, el artilugio es arrastrado por una embarcación a motor; en esta modalidad las palas son innecesarias y lo único que hay que intentar es no caerse al agua.
El riesgo que entraña tanto el descenso de ríos en bus-bob como en la playa es mínimo si se adoptan las medidas de precaución necesarias. Como en todos los deportes de este tipo, hay que cumplir a rajatabla las instrucciones del monitor.