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AZPEITIA

Desiguales 'victorinos'

Esplá puso de relieve ayer su gran dominio como matador de toros. Toda la tarde estuvo dominando a los toros como quiso. Se hizo con todos los terrenos de cada toro y en determinados momentos toreó con hondura. Mató a recibir a su primer toro. A su segundo toro le dio dos pares de banderillas muy aseado y el tercero fue un par de afuera a dentro muy expuesto.A pesar de que Juan Mora cortó una oreja a su segundo toro fue un espejismo, porque tenía toro para haber cortado las dos orejas. Tanto en ese animal como en su segunda res, Mora se dio cuenta muy tarde de la bravura de sus toros. En especial su segundo que fue un toro que embestía con suma docilidad y nobleza, además de bravura. Ese toro estuvo por encima del torero. Y es una pena porque se veía claramente que ese quinto de la tarde estaba pidiendo que lo torearan a ley. No dio una mala cabezada, al contrario: arrastraba el hocico por la arena, buscaba el trapo para comérselo pero con una gran cadencia de embestida. Es una de esas veces en la que el torero se estará lamentando toda la semana por no haberle toreado como ese toro le estaba pidiendo.

Victorino / Esplá, Mora, Ramos

Toros de Victorino Martín, no sobrados de fuerza, pobres de pitones, con viveza, salvo el 1º. Se les pegó fuerte en varas. 5º, bravo.Luis Francisco Esplá: media estocada recibiendo -aviso- (aplausos); pinchazo, estocada tendida, descabello -aviso- descabello (aplausos). Juan Mora: estocada caída y tendida (vuelta al ruedo); estocada (oreja). José Ignacio Ramos: dos pinchazos, estocada -aviso- (vuelta al ruedo por su cuenta); estocada trasera (oreja). Plaza de Azpeitia, 30 de julio. 1ª de feria. Casi lleno. Se guardó un minuto de silencio por el asesinato del ex gobernador de Guipúzcoa, Juan María Jáuregui.

José Ignacio Ramos triunfó en la suerte de banderillas. Colocó seis pares, buenos y muy buenos, con el atributo del último que tuvo un riesgo enorme. Con la muleta no estuvo demasiado enjundioso, quizá no encontró el sitio debido a ninguno de los toros. De ahí que en su primero la faena estuviera deslavazada, sin mando y sin culminar los pases. No hay que quitarle un átomo de entrega y buena voluntad. Pero el toreo no es sólo eso.

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