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Unió Democràtica, molesta con Jordi Pujol por sus reproches a Duran Lleida

Unió Democràtica demostró ayer que puede ser la primera en aplicar las recomendaciones de Jordi Pujol y optó por una respuesta cortés para valorar en público la crítica situación por la que atraviesan las relaciones con sus socios de Convergència. El reproche que Pujol lanzó desde Shanghai a Josep Antoni Duran Lleida por sus "excesos" declarativos ha provocado un profundo malestar en las filas democristianas, hasta el punto de que Unió suspendió la reunión que el comité de enlace de la coalición debía celebrar ayer. El comité de gobierno de UDC expresó ayer a Duran Lleida su apoyo incondicional en la polémica que mantiene con la emisora Catalunya Ràdio.

Los democristianos quisieron evidenciar ayer que han tomado buena nota de las recomendaciones del presidente de la Generalitat y que, aunque la procesión vaya por dentro, por fuera, y sobre todo ante los medios de comunicación, mantendrán las formas. La rueda de prensa posterior al comité de gobierno de Unió Democrática fue una lección magistral de diplomacia y prudencia verbal.El portavoz del partido, Jordi Casas, se esforzó en quitar hierro a la polémica provocada por las declaraciones de Pujol y esquivó cualquier pregunta sobre las verdaderas razones de la suspensión del comité de enlace de CiU. UDC anuló la reunión el pasado viernes, el mismo día en que aparecían en la prensa las palabras de Pujol, oficialmente por problemas de agenda ya que a la misma hora debía celebrarse el comité de gobierno de Unió, inaplazable a juicio de Casas porque debían tomarse algunas decisiones sobre el congreso extraordinario de diciembre. El comité de enlace se ha postergado hasta el mes de septiembre.

La versión extraoficial es diametralmente opuesta. La anulación tuvo un único motivo: el reproche que el presidente de la Generalitat le lanzó a Duran Lleida desde China. Las declaraciones de Pujol han encrespado los ánimos de los democristianos, sobre todo porque consideran que el líder de Unió ha mantenido el compromiso de guardar silencio en todo aquello que se refiere al futuro marco de relaciones entre Unió y Convergència, tal y como acordó con Pujol en su entrevista del pasado 28 de junio. Y además, en Unió creen justificadas las críticas a Catalunya Ràdio, emisora que, en su opinión, prima los intereses de Convergència en detrimento de UDC. Ayer, Duran Lleida consiguió el apoyo unánime del comité de gobierno en esta controversia con la emisora pública de la Generalitat. Paradójicamente, Duran Lleida será entrevistado hoy en Catalunya Ràdio a las 10.00 horas, en un horario de máxima audiencia y tan sólo una hora antes de partir hacia Nueva York de viaje oficial.

Si Duran Lleida quiere responder a Pujol ya lo hará en una entrevista privada que ambos mantendrán en los próximos días, comentó ayer Jordi Casas. Según su versión, el líder de Unió se mantuvo callado durante todo el comité de gobierno. Algunos asistentes, sin embargo, señalaron que Duran se reafirmó en que Catalunya Ràdio había manipulado unas declaraciones suyas sobre la oferta de Esquerra Republicana de pactar con CiU y expresó su sorpresa por la que consideró desmesurada la respuesta del comité profesional. En el comunicado que difundieron los periodistas de Catalunya Ràdio, se afirmaba en uno de los párrafos: "El señor Duran Lleida puede estar en guerra con Convergència por el liderazgo de la coalición, pero en esta guerra no estamos dispuestos a poner nosotros los muertos".

Casas repitió ayer una y otra vez que no hay polémica que valga y que lo fundamental ahora es buscar fórmulas para asegurar la continuidad de la coalición nacionalista -"sobre la que no quedan dudas", declaró- y el debate de las ideas por encima del de las personas. En este sentido, el portavoz insistió en que Duran Lleida no se postula para suceder a Jordi Pujol al frente de CiU ni como candidato a la presidencia de la Generalitat. No obstante, añadió que "la capacidad de liderazgo de Duran está contrastada".

Los democristianos esperarán hasta el congreso de diciembre para definir la fórmula del futuro protocolo de relaciones con sus socios de Convergència. Para el portavoz de Unió, "en ningún caso el nivel de conversaciones entre direcciones puede limitar la soberanía de los militantes". Por su parte, el secretario general de Convergència, Pere Esteve, tras la reunión del secretariado permanente de CDC, defendió la necesidad de que las direcciones de ambos partidos alcancen un preacuerdo sobre la refundación de CiU antes de los congresos.

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Jordi Roviralta

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