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El sida es la causa mayoritaria de defunción en las prisiones catalanas

63 reclusos fallecieron por sobredosis de droga

Un total de 976 presos fallecieron en Cataluña durante la década de los noventa como consecuencia, principalmente, del sida. Las cifras oficiales indican que la gran mayoría de las muertes se produjeron en los hospitales, pero también constatan que el 10% de las defunciones ocurrieron en la cárcel por motivos diversos o por la negativa de los jueces a autorizar su excarcelación por enfermedad grave. La Generalitat asegura que los efectos del sida entre los reclusos son ahora menores que años atrás por los avances de la medicina.

Las cifras sobre defunciones de reclusos han sido facilitadas por el Departamento de Justicia a raíz de una pregunta parlamentaria formulada por el diputado de ERC Joan Ridao. Según las cifras, 859 de las 976 defunciones se produjeron por "causas naturales". El director general de Servicios Penitenciarios de la Generalitat, Francesc Jiménez Cusí, reconoce que la expresión es un eufemismo para referirse a muertes por sida, al margen de algún caso aislado de fallecimiento que se haya producido de manera repentina por un infarto o un motivo similar. Eso significa que más del 85% de las defunciones las ha originado el sida.La segunda causa de fallecimiento fue la sobredosis de droga (63 casos), seguida del suicidio (27), accidentes (12), agresiones (7) y causas desconocidas (8). Estos últimos casos afectan a presos que no murieron ni en la cárcel ni en un hospital y la Generalitat no pudo acceder al certificado de defunción.

Un análisis de las muertes según el año en que se produjeron revela que la mayoría se concentró entre los años 1994 y 1997, cuando hubo 555 defunciones. La punta máxima, sin embargo, se produjo en 1995 y 1996, cuando murieron 161 y 160 presos, respectivamente. Jiménez Cusí asegura que en aquellos años se manifestaron las consecuencias de las infecciones de sida, que se extendieron rápidamente por la falta de medidas preventivas.

La población reclusa en Cataluña está estabilizada en 6.000 presos desde hace dos años. Justicia explica que durante la década de los noventa pasaron por las cárceles catalanas 75.000 reclusos.

Según el director general de Servicios Penitenciarios, la situación actual es muy distinta, como se refleja en los dos últimos años, en los que han muerto 61 y 63 presos, respectivamente. "El sida está ahora más controlado en los enfermos reclusos que fuera de las prisiones porque los tratamientos con retrovirales se aplican con más rigurosidad en la cárcel", explica Jiménez Cusí.

Sin embargo, el profesor de derecho penitenciario de la Universad de Barcelona Iñaki Rivera no es tan optimista: "La cárcel mata, enferma y acelera enfermedades; ése es un hecho que ninguna persona sensata puede negar", asegura. En su opinión, los reclusos padecen lo que un médico penitenciario francés ha calificado en un reciente estudio como "enfermedades a la sombra"; es decir, afecciones originadas por la privación de libertad que no están catalogadas por la Organización Mundial de la Salud.

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La respuesta parlamentaria revela también que la mayoría de los reclusos falleció en familia (356), en un hospital (289) o en un centro sociosanitario (161). La suma de estas cifras coincide prácticamente con los fallecidos a causa del sida, lo que indica que en la mayoría de casos los jueces concedieron la libertad condicional al enfermo terminal.

En este sentido, resulta muy ilustrativa la letra pequeña de las estadísticas para entender la distinta manera en que los jueces interpretan la ley. En la cárcel de Brians, que durante muchos años dependió de la magistrada de vigilancia penitenciaria Remei Bona, de talante progresista, sólo han fallecido 7 de los 96 reclusos que murieron en la prisión en los años noventa.

Por el contrario, en Quatre Camins y en la Modelo, cuya tutela judicial ha dependido durante años del ex magistrado José Ramón Manzanares, se han producido 67 de las defunciones. En algunos casos, cuando la Audiencia revocó la negativa del permiso el recluso ya había fallecido.

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