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ETA VUELVE A MATAR

Los principales cargos institucionales del PNV en Vizcaya y Guipúzcoa exigen romper con HB

La rebelión interna en el PNV contra los pactos que mantiene esta formación con la coalición HB-EH en diputaciones y ayuntamientos se desbordó ayer tras el asesinato, el domingo, del concejal del PP Jesús María Pedrosa. Los dos principales cargos institucionales del PNV en Vizcaya y en Guipúzcoa, Josu Bergara y Roman Sudupe, respectivamente, y, en menor medida, el máximo responsable de la dirección peneuvista en Vizcaya, Iñigo Urkullu, han optado por encabezar, frente al nuevo crimen de ETA, un movimiento interno en la formación que preside Xabier Arzalluz en favor de la "ruptura inmediata y total de cualquier acuerdo" con HB-EH. La revisión de la política de pactos municipales afectaría a la composición de los gobiernos locales de una veintena de localidades vascas.El propio ex lehendakari José Antonio Ardanza se sumaba poco después a esta iniciativa al pedir a su partido que analice la coherencia de mantenerse en el Pacto de Lizarra -suscrito, entre otros, por el PNV, EA y EH- mientras siguen los atentados, algo que, a su juicio, entra en abierta contradicción con el espíritu y la letra de un acuerdo que apela precisamente a la utilización de las vías políticas y democráticas. "Quienes quieran seguir defendiendo la posición de Lizarra tendrán que ver hasta qué punto hay coherencia, porque si matar es respetar vías exclusivamente políticas, que venga Dios y lo vea", exclamó Ardanza.

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Horas antes de que el presidente del Gobierno central, José María Aznar, y el presidente del Gobierno vasco, Juan José Ibarretxe, encabezaran en Durango una multitudinaria manifestación popular contra ETA, las significadas reflexiones autocríticas de los dirigentes del PNV hacían presagiar una posible ruptura con EH en próximas fechas. "Allí donde haya una relación con los que no condenan la violencia y, de alguna manera, dan cobertura política a estos atentados, soy partidario de la ruptura inmediata", dijo contundente el diputado general de Vizcaya, Josu Bergara, quien incluso mostró su disposición a retirar ya la partida de 93 millones de pesetas que la Diputación vizcaína aprobó en su último presupuesto para Udalbiltza, la asamblea de electos municipales impulsada por el Pacto de Lizarra y en la que participan todas las formaciones nacionalistas.

Su homólogo en el cargo en Guipúzcoa, Roman Sudupe, ya había dado por roto la semana pasada el acuerdo que mantenía con EH en la Diputación tras perder una votación sobre las autopistas cuando la coalición abertzale decidió apoyar una moción de la oposición. Pero, ayer, tras el asesinato de Pedrosa, aseguró con rotundidad que, pese a su "capacidad de diálogo y acuerdo con todos", no existe posibilidad alguna de colaboración con la coalición independentista "en ningún campo" mientras no se desmarque "clara e inequívocamente de la violencia".

El asesinato de Pedrosa, concejal del PP en Durango, a manos de un pistolero del reconstituido comando Araba ha quebrado la paciencia de representantes peneuvistas tan disciplinados como Bergara o Sudupe. Junto a ellos, el recién nombrado presidente de la ejecutiva vizcaína, Iñigo Urkullu, subrayó, en declaraciones a Radio Euskadi, la necesidad de que el PNV revise los acuerdos institucionales con la formación que lidera Arnaldo Otegi. "A EH, según esos compromisos [en alusión a la apuesta común por "las vías políticas y democráticas"] se le exigía un compromiso, y hoy es el día en que hemos visto dónde ha quedado ese compromiso". Urkullu, miembro también de la ejecutiva nacional del PNV, indicó, además, que "es necesario que como PNV revisemos la situación, porque ya afecta también a la vida más cercana, a la vida más de a diario".

El PNV vizcaíno, proclive al entendimiento con los socialistas desde que ETA rompió la tregua en diciembre pasado, parece ahora dispuesto a tener voz propia y desplazar al sector guipuzcoano encabezado por Joseba Egibar, sobre el que había recaído el peso del giro soberanista dado por el partido en su última asamblea general con la anuencia y el apoyo expreso del presidente Xabier Arzalluz.

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El líder del PNV prefirió ayer guardar silencio y anunció que cuando acaben los tres días de luto contestará a las críticas que ha recibido su partido de boca del Gobierno central y del PP. "Cuando pasen los días de luto, sí entraremos a comentar las cosas que se han dicho, se han hecho y sobre lo que estamos oyendo". El veterano dirigente peneuvista expresó el "dolor sincero" de su formación por el último asesinato perpetrado por ETA y tildó de "hecho despreciable" el atentado contra el edil popular, que también era militante del sindicato nacionalista ELA.

Tanto la ejecutiva del PNV como la de Eusko Alkartasuna (EA) valorarán en los próximos días qué tipo de relación institucional van a mantener con Euskal Herritarrok a partir de este asesinato, el quinto desde que la dirección de ETA ordenó a sus comandos poner fin al alto el fuego.

Los pronunciamientos críticos de ayer con los acuerdos con EH tuvieron como colofón al propio José Antonio Ardanza. El anterior lehendakari pidió a su partido una profunda reflexión y reconoció no saber si lo que hay en torno al Pacto de Lizarra es "cinismo, hipocresía o es todo mentira", porque en ese pacto los partidos que los suscribieron, entre ellos EH, tenían "dos compromisos fundamentales: la vía exclusivamente política para avanzar en la resolución de cualquier conflicto y el respeto a la voluntad mayoritaria vasca".

Arenas reclama inmediatez

También la portavoz del PNV en el consistorio vitoriano, María Jesús Agirre, se mostró a favor de que su partido reconduzca su política en Euskadi: "Hemos aguantado muchos tirones desde este partido por la paz, pero ya creo que esta última esperanza que nos quedaba, con este nuevo asesinato, se ha derrumbado".

Esta cascada de declaraciones de representantes del PNV no supo a mucho al secretario general del PP, Javier Arenas, quien a última hora de la mañana presidía en un hotel de Durango la reunión del comité ejecutivo regional del PP vasco. Arenas no entiende cómo es posible que los representantes del PNV y EA en Durango no hayan anunciado ya, de inmediato, la ruptura del acuerdo de gobierno que mantienen con EH en el consistorio vizcaíno. "No es posible que se intente buscar una justificación política al asesinato", dijo el líder popular, quien pidió expresamente al PNV que rompa "cualquier tipo de acuerdo", no ya sólo el de Lizarra, con aquellos que "respaldan a los violentos y no condenan los asesinatos".

Por la tarde, la coalición PNV-EA en el Ayuntamiento de Durango anunciaba su intención de proceder a revisar la alianza con EH tras los tres días de luto decretados por el asesinato de Pedrosa.

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