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Reportaje:

De la violencia a la extorsión

El cinismo y la hipocresía han manchado el honorable gesto de los profesionales del fútbol argentino, que iniciaron una huelga el pasado jueves como "medida de protesta contra la violencia en los campos de fútbol y en solidaridad con los compañeros agredidos". La huelga ha concluido, pero el escándalo acecha ahora a los futbolistas que, enarbolando la bandera de las víctimas de todas las palizas en las últimas batallas, reconocen que son ellos mismos quienes alimentan con dinero a aquellos que se dedican luego a golpearles y amenazarles: los barras bravas, o grupos de hinchas violentos del fútbol.

Leonardo Más, del Estudiantes de La Plata, hijo del mítico puntero Óscar Pinino Más, que fue ídolo en el River y pasó por el Real Madrid, se atrevió a reconocer que así son las cosas : "El jugador que dice que nunca puso plata para los barras bravas es un hipócrita. Hay que preguntarles a los jugadores de todos los clubes... Y pusieron todos. Yo soy sincero. También te digo que si les doy para que viajen con el equipo y después hacen un disturbio, yo no me puedo sentir culpable. Es como si yo le diera una moneda al que me pide en la calle y después la usa para drogarse".

Por si hiciera falta, el Pininito Más, como le llaman, aclara en una entrevista con el periódico deportivo Olé que nunca le intimidaron, y que no les da dinero a los ultras "porque tenga miedo". Él, como la mayoría, acepta, contribuye "de onda" (buena disposición). Así es que nada de "aprietes", amenazas o temores, los jugadores aportan a la causa porque son todos "buenos muchachos" a los que a veces desborda su pasión y fanatismo por los colores del club.

A este increíble testimonio se han sumado otros, como el de Roberto Trotta, capitán del River Plate y ex jugador del Roma y del Sporting de Gijón, que dice que, en su caso, sólo lo hace "por miedo al apriete". Pedro Troglio, del Gimnasia y Esgrima de La Plata, que jugó en el fútbol italiano, en River y en la selección argentina de Bilardo, se defiende y recuerda que "en River, cuando nos negábamos, aparecían las cuatro gomas del auto pinchadas. No es sencillo cuando se te acercan cuatro o cinco, con unas caritas que ni te cuento y que miden como dos metros. Son situaciones muy difíciles que hay que vivirlas antes de cuestionarlas. Esto va a seguir igual hasta que no metan en cana [presos] a los barras y no los larguen a los tres días".

Todos sienten que han dicho y hecho lo correcto. Nadie asume ninguna responsabilidad por lo ocurrido. El jugador del Comunicaciones de Tercera División, Adrián Barrionuevo, brutalmente golpeado por los fanáticos del Excursionistas que invadieron el campo hace dos semanas, podrá volver a jugar en cuatro o cinco meses si supera el estado de "pánico" en el que se encuentra, según los médicos. El único perjudicado ha sido el club, al que castigaron con la pérdida de 21 puntos que le condenan casi a la descalificación, pero la policía no logró identificar ni detener a ninguno de los casi cien hinchas involucrados. Los jugadores del Platense se entrenarán protegidos por la policía para que no les interrumpan las bandas armadas que los amenazan. Los partidos considerados de "alto riesgo" se jugarán en otros campos y los representantes de los jugadores integrarán las "comisiones fiscalizadoras" de la seguridad. Mientras tanto, los directivos del Excursionistas apelaran la "sanción disciplinaria" que se aplique al club porque ellos dicen que no tienen "nada que ver" con esos "inadaptados".

Y mientras la violencia espera a aparecer en la próxima jornada de fútbol (el domingo 14 de mayo), los compromisos de buena voluntad llegan desde todos los estamentos implicados. El gremio de futbolistas se siente satisfecho por las "garantías ofrecidas" y por la "solidaridad" demostrada con todas las víctimas de palizas, intimidaciones y amenazas, y advierte de que los jugadores se marcharán de los campos en cuanto alguien arroje una piedra o una bomba de estruendo. Los directivos se comprometen a no ser cómplices de las barras bravas de sus clubes. Los funcionarios del Gobierno dicen que van a crear una fuerza especial de la policía especialista en prevenir la violencia en los estadios y que van a modificar la ley para aumentar las penas a los detenidos, procesados y condenados por delitos vinculados a lo que se llama "la violencia en el fútbol".

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