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Final de la Copa de Europa

La sexta llegó con épica

El Barça se convierte en el equipo más laureado de Europa tras ganar al Kiel en un final dramático

Más no se le puede pedir al dream team del balonmano. Su sexto título, quinto consecutivo, de la Copa de Europa llegó de la forma más épica posible. A lo largo del partido, el Barça sufrió no sólo porque el Kiel nunca se rindió, sino porque la mayor parte del tiempo estuvo eliminado. Sin embargo, al final surgió la magia del Palau, se escucharon con más fuerza que nunca las 8.000 voces que lo llenaban y el equipo remontó hasta alzarse con un nuevo triunfo. Faltaban 23 segundos cuando los azulgrana marcaron el gol que les aseguraba el título (28-24). El remate llegó tras una pérdida de los alemanes, con un gol de Masip que dejó el resultado final en 29-24 y que culminó una actuación sublime del lateral.Aquello desbordó la euforia. El público comenzó a invadir la cancha del Blaugrana, mientras los jugadores se abrazaban y Valero dejaba salir la tensión acumulada. El Barça lo dio todo. Ningún otro equipo ha llegado tan lejos. Hasta ahora, sólo el alemán Gummersbach le igualaba con cinco triunfos, aunque no enlazó más de tres consecutivos. El Barça ya lleva cinco seguidos y seis en total, y Rivera sitúa su palmarés personal en 58 títulos.

BARCELONA 29-THW KIEL 24

Barcelona: Barrufet; Ortega (4), Urdangarín (1), Schwarzer (5), O´Callaghan (2), Masip (6), Guijosa (5, 3 de penalti) -equipo inicial-; Svensson (ps); Chavar (1, 1p), Chepkin (4), Lozano y Paredes (1).THW Kiel: Ege; Schmidt (3), Olsson (1), Wislander (8), Lovgren (3), Perunicic (2), Jacobsen (7, 2p) -equipo inicial-; Petersen, Schefler, Schwenke y Geerken (ps). Marcador cada cinco minutos: 4-1, 5-5, 8-6, 8-6, 12-10, 15-12 (descanso), 16-15, 17-17, 19-19, 23-22, 26-23 y 29-24. Árbitros: Kalin y Koric (Eslovenia). Palau Blaugrana: Lleno: 8.000 espectadores. Presidieron el partido los Reyes, acompañados del príncipe Felipe y las infantas Elena y Cristina. El Barça ganó la Copa de Europa, pues en la ida perdió por 28-25.

La final fue intensa. Lo había sido ya en la ida en Alemania, pero la vuelta lo superó todo. El Barça comenzó marcando diferencias, cerrando cualquier duda sobre su convicción de superar los tres goles de ventaja logrados por el Kiel en la ida (28-25). Pero los alemanes no se inmutaron y siguieron desplegando toda la calidad de su juego y acercándose en el marcador de forma preocupante. De nada le sirvió al Barça haber dominado por cuatro goles de ventaja (10-6) a los 20 minutos. El Kiel sabía cómo crearle problemas. Lentificó las acciones de ataque, fortificó su defensa con cuatro hombres de dos metros en el centro y dejó que los azulgrana se fueran estrellando en sus acciones de ataque. Así se llegó a una situación comprometida, a la que se vislumbraban pocas salidas. Con Wislander desdoblándose desde la posición de central a la de pivote, y con el extremo Jacobsen en vena de aciertos, el Kiel no sólo igualó el partido, sino que adquirió incluso una ventaja de un gol a falta de 13 minutos (17-18 y 20-21). Parecía una gesta imposible, sobre todo porque no se robaban balones en defensa y el ataque azulgrana persistía en su precipitación, intentando lanzamientos poco claros desde el centro y negándose a abrir el campo hacia los extremos. Sin embargo, en aquellos momentos Rivera fue valiente. Regresó a la defensa clásica en 5-1, pero la abrió hasta los 12 metros buscando cortar las circulaciones de los laterales alemanes. El Palau se desgañitaba; a los Reyes de España, en el palco junto al presidente del Barça, Josep Lluís Núñez, les costaba mantenerse sentados, y el Barça, con garra y agresividad, comenzó a robar balones y a remontar. Del 20-21 se pasó a 26-23. La sexta volvía a ser posible. Y ahí se entró ya en la vorágine final. Todo era posible y el título europeo iba flotando de un lado a otro. Pero luego los árbitros pitaron un pasivo al Kiel a falta de un minuto (27-23), y el Barça no perdonó. Ortega aprovechó un rebote, y Masip, el motor del equipo, remató el trabajó. Impresionante.

El Valladolid no remontó

Por su parte, el Valladolid ganó al Grosswallstadt, de Alemania, por 32-27, pero perdió el título de la Copa de las Ciudades, y el Ferrobús Mislata se clasificó para la final de la Copa EHF al ganar al eslovaco Slovan por 25-27. El San Antonio juega hoy (15.30, La 2) en la pista del Dunaferr húngaro la ida de la Recopa de Europa (28-19 en la ida).

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