Adhesivos contra la falta de civismo
A partir de los próximos días, los conductores tendrán un nuevo motivo para aparcar los vehículos de forma correcta. A la satisfacción altruista de estacionar el coche en los lugares habilitados para tal fin, o el riesgo de encontrarse con una multa, se sumará la amenaza de 5.000 adhesivos que está distribuyendo la Asociación de Parapléjicos y Lesionados Medulares (Aspaym) entre sus asociados. La entidad que agrupa a minusválidos físicos saldrá a la calle a la caza de los vehículos que estén aparcados en las rampas de acceso a las aceras, a los coches indebidamente aparcados en las plazas reservadas a los vehículos de minusválidos y todos aquellos que obstaculicen el tránsito de las sillas de ruedas que circulan por la ciudad de Valencia y sus alrededores.La medida fue presentada ayer por el presidente de la asociación, José Balaguer, y cuenta con el beneplácito de la concejal de Bienestar Social del Ayuntamiento de Valencia, Marta Torrado, cuyo departamento ha corrido con los gastos de la edición de los adhesivos, aunque no del diseño. El dibujo es obra de un socio de la entidad, Agustín Sánchez.
Varios de los miembros de la asociación ya han comprobado la eficacia de la medida. Un socio recordaba ayer el enfado de un conductor que se encontró con un par de adhesivos en los retrovisores de su coche. "No veas el cabreo que cogió", señala con media sonrisa en el rostro. Estas acciones, a mitad camino entre la pequeña venganza y el acto de concienciación, no son las únicas que realiza la asociación.
Aspaym se fundó en 1982 y desde entonces, con Balaguer en la presidencia - "me han ido eligiendo sucesivamente"- han centrado su actuación en diversas actividades relacionadas con la mejora de las condiciones de vida de los discapacitados físicos. Berenguer destaca la importancia que dan a la formación de sus integrantes. Recuerda que en la Administración un 3% de las plazas de las ofertas de trabajo están reservados a disminuidos, y un 2% en el caso de la empresa privada, por lo que tratan de ofrecer cursos para facilitar la integración de los afectados en el mercado laboral, una vertiente clave para su normalización social.
Otro de los aspectos a los que presta especial atención es a los recién accidentados. "Es muy duro quedarse parapléjico, pero más sufrir una tetraplejia y requerir la ayuda constante de una tercera persona", señala Balaguer. Nadie mejor que personas que hayan pasado por la experiencia para ayudar a quienes se enfrentan de nuevas a los problemas de la inmovilidad. Casi a diario, miembros de la asociación acuden a la unidad de lesiones de médula del hospital La Fe de Valencia a convencer a los accidentados y sus familiares de que "la vida sigue", en boca del propio Berenguer. Además cuentan con programas de tutorías donde los lesionados veteranos enseñan a los recién accidentados cómo desenvolverse y prestan atención continua en la sede que tienen en la plaza de Salvador Allende número cinco.
Sin embargo, no pierden de vista uno de los principales problemas a los que se enfrentan: la eliminación de barreras arquitectónicas. El presidente de la asociación reconoce que en la ciudad de Valencia se ha avanzado mucho, pero también que queda camino por recorrer. Recuerda que recientemente tuvo que ir de la calle de Cuenca a la plaza de toros y que el estado de las rampas de las aceras era tan deficiente que bajó con su silla de ruedas a la calzada para poder desplazarse. Admite que los locales públicos han mejorado mucho, algunos gracias a la colaboración de la propia asociación -un ingeniero que realizó la objeción en la asociación, Miguel Bretó, fue el autor del proyecto de adaptación del edificio del Ministerio de Hacienda en Valencia-, pero sigue habiendo problemas. Balaguer apunta hacia la sede de la Consejería de Sanidad, recién inaugurada. "Está totalmente adaptada menos la entrada, que tiene un escalón de tres dedos", señala. "Ya le he escrito tres veces al consejero, José Emilio Cervera, para que la quite, pero ni caso", apunta.
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