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Un túnel muy peligroso

Los visitantes del Marsella se lesionan o son expulsados en el misterioso trayecto que va del vestuario al terreno de juego

Durante años jugar con el Olímpico de Marsella (OM) suponía poner en peligro la integridad moral de jugadores y árbitros. En el OM de Bernard Tapie se compraba todo: penaltis, resultados, jugadores, árbitros... Un buen equipo y pocos escrúpulos bastaron para dominar la Liga y ganar una Copa de Europa. Cuando se descubrió el sistema, el OM dio con sus huesos en Segunda. Ahora, visitar al conjunto francés también es un peligro. Pero por otro motivo: del túnel de vestuarios de su estadio salen lesionados o expulsados muchos jugadores rivales.El último caso sucedió el pasado viernes. El OM, 15º a un punto del descenso directo con tan sólo cinco partidos por delante, recibía al líder, el Mónaco, que podía proclamarse campeón precisamente en el estadio Vélodrome. Y el entrenador marsellés, Bernard Casoni, el director deportivo Eric Di Meco -dos ex jugadores del OM de la época Tapie- y el responsable de seguridad Serge Marchetti decidieron que había que preparar el recibimiento monegasco.

Marchetti expulsó las cámaras de Canal+ del túnel de vestuarios, impidiendo las habituales entrevistas previas al partido. La dirección del canal pidió explicaciones, pero no se las dieron hasta finalizado el choque. El caso es que cuando los dos equipos salieron al césped Simone se frotaba mucho el cuello.

"Blondeau me arreó un puñetazo que estuvo a punto de hacerme perder el conocimiento", contó luego el jugador del Mónaco. "En Marsella estamos acostumbrados a ganar la mitad del partido en el túnel que va de los vestuarios al campo", explica Abardonado, lateral del OM. "La verdad es que Blondeau es un especialista de los golpes en el túnel", ha confirmado el presidente del Lens, equipo cuyo portero jugó los primeros 15 minutos en estado semicomatoso debido a otro puñetazo del central marsellés.

El pasado viernes, después de 45 minutos, el OM ganaba por 1-0 y los dos equipos ya jugaban con 10 hombres, expulsados De la Peña y Leonard. Cuando volvió al terreno de juego, el Mónaco había perdido otro jugador, Gallardo. Y su baja también se había producido en el túnel. Galtier, ayudante de Di Meco, insultó a Gallardo y luego, ayudado de miembros del equipo de seguridad, y, según parece, de varios jugadores, arremetió contra él. "Me dieron en la cara, en el vientre, en la espalda, en todas partes. A las tres de la mañana aún estaba en el hospital", dice Gallardo. El cuarto árbitro le vio en el suelo y a mucha gente que le pateaba. El colegiado optó por expulsar -segunda amarilla- a Gallardo y a Galtier -roja directa-. Resultado: los monegascos tuvieron que jugar nueve contra diez toda la segunda parte y perdieron 4-2.

"Que ordenasen sacar las cámaras de túnel prueba que se trata de una encerrona", opina Claude Puel, el entrenador del Mónaco. "Gallardo es un provocador y tuvo lo que se merecía", concluye Casoni. Para el jugador Lamouchi el partido fue "una emboscada". Competición estudiará el caso el próximo jueves y se habla de dar la victoria al Mónaco, de repetir el partido a puerta cerrada, de inhabilitar jugadores y entrenadores, de poner cámaras fijas en todos los túneles... Y puede que no pase nada, que el OM y Gallardo se queden con sus puntos. El primero en la tabla, el segundo en la ceja y el labio inferior.

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