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Los promotores privados de música clásica acusan al Auditori de Barcelona de competencia desleal

El Auditori de Barcelona cumple hoy su primer aniversario con el balance triunfal de sus gestores en cuanto a número de actos celebrados, un millar, y ocupación de espectadores, 345.361, según los datos facilitados. Pero también con la acusación de los programadores privados de música clásica de competencia desleal por crear ciclos de conciertos con dinero público al margen de las temporadas musicales de la Orquestra Simfònica de Barcelona, y con un rechazo general del público a causa, principalmente, de los problemas de comunicación y aparcamiento y por lo desagradable del entorno.

La única opinión unánime que concita el Auditori de Barcelona es la de la imperiosa necesidad que tenía la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC) de contar con una sala de conciertos propia y la urgencia de que la capital catalana contara con un auditorio con la acústica adecuada para interpretar el repertorio sinfónico. "Desde el punto de vista artístico, el Auditori es una herramienta imprescindible que ha aportado posibilidades acústicas que están permitiendo redescubrir un repertorio sinfónico que, hasta ahora, en Barcelona no se había podido escuchar en toda su plenitud", subraya Josep Maria Prats, director del ciclo privado de conciertos Ibercàmera.Uno de los propósitos expresados por los gestores del Auditori con motivo de su inauguración era el de dinamizar, a través de la nueva sala de conciertos, la vida musical y fomentar la afición con la oferta de cerca de 2.800 nuevas butacas -2.337 en la sala sinfónica y 440 en la sala polivalente-. Lo cierto es que la inauguración del Auditori ha provocado un aumento de los conciertos de música clásica en Barcelona en más de un 60%, al margen de la programación operística del Liceo. Según un informe del centro, de los 117 conciertos nuevos creados esta temporada, 81 corresponden a la programación propia inaugurada bajo el título de Auditori XXI, que cuenta con un presupuesto de 200 millones de pesetas financiados con dinero público.

Esta iniciativa del Auditori es vista por los programadores privados como "competencia desleal". "Hasta que se inauguró, las administraciones no competían con la oferta privada. Financiaban las temporadas de ópera del Liceo y las de conciertos de la Simfònica de Barcelona, pero ahora programan otro tipo de conciertos de características similares a los que ofrecen las programaciones privadas y con localidades a mitad de precio. Eso es competencia desleal", asegura Antoni Sàbat, responsable del ciclo Euroconcert creado hace 15 temporadas.

Confusión

Sàbat afirma que el principal perjudicado por el Auditori es el público, por la mezcla de oferta privada y pública de conciertos. Para Josep Maria Prats, que califica de "decisión precipitada" la resolución del Auditori de autoprogramar la sala, "no se ha tenido en cuenta la oferta privada existente que intentaba abrirse camino a partir de la creación del centro, lo que evidencia la confusión con que se gestiona".

Josep Lloret, director artístico de la programación propia del Auditori, defiende los ciclos de conciertos que organiza por la necesidad de hacer una inversión cultural. "Una inversión millonaria de dinero público como se ha hecho requiere llenar el edificio de contenido. Si no se concibe la creación de una escuela sin poner maestros o la de un hospital sin médicos, por qué una nueva sala de conciertos no puede programar ciclos musicales para llenarla", se pregunta. "En la programaciones privadas, excepto conciertos sinfónicos, habían muchos vacíos por cubrir y ésa ha sido nuestra misión".

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Lloret afirma que su objetivo es el de crear nuevos públicos para la música clásica. "Para atraer nuevo público hay que ampliar la oferta. Si algo estaba claro era que los precios de los conciertos eran muy altos, inaccesibles para un sector del público. Nosotros ofrecemos conciertos de calidad a precios asequibles y ofertas especiales para atraer a los jóvenes. Es lícito que desde las administraciones públicas se invierta en crear más afición para la música clásica".

El director artístico asegura que en los conciertos que programa, el promedio de edad del público es bajo. "El público es mayoritariamente joven, diferente al de los ciclos que ya existían. Y algo importante, la gente va a escuchar sólo música y no a hacer relacionarse sociales".

El Auditori es, según Joaquim de Nadal, presidente del consorcio de administraciones que lo rige, "el ejecutor de la política musical de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona". De Nadal asegura que se profundizará en el camino iniciado desde la inauguración de programar una oferta propia de conciertos al margen de la programación de la OBC. "Además, la temporada próxima asumiremos la organización del Festival de Músiques Contemporànies de Barcelona y se creará un concurso para elegir, por un periodo de cuatro años, un conjunto de cámara residente y un coro".

Uno de los principales problemas con que se enfrenta el Auditori son las quejas mayoritarias del público por el entorno poco agradable de la zona y por los graves problemas de comunicación -falta de autobuses, negativa de los taxistas a acudir a la zona tras la finalización de los conciertos y deficiente número de plazas de aparcamiento-. "El problema de los taxis es algo díficil de solucionar y, en cuanto a los autobusbes, se ha abierto una línea de diálogo con la entidad metropolitana del transporte", dice De Nadal, que asegura que "con el tiempo, la existencia del Auditori favorecerá una mejora de la zona".

Carmen Secanella

Poco público para tantos conciertos

La multiplicación de conciertos no se ha traducido con una multiplicación del número de espectadores. De los ciclos de música clásica ya existentes antes de la inauguración del Auditori -la clásica es el género musical que ha concentrado la oferta de la sala sinfónica en un 82% de los actos allí celebrados-, que han ofrecido parte de su programación al nuevo centro, sólo Ibercàmera mantiene el número de abonados. Euroconcert ha visto disminuir en un 21% a los suyos. Según Antoni Sàbat, director del ciclo, su público no ha aceptado cambiar el Palau de la Música por el Auditori. "Los abonados lo encuentran poco céntrico y se quejan de graves problemas de comuniciación", dice. Sàbat programará la próxima temporada todos sus conciertos en el Palau.La temporada de la OBC mantiene el número de abonados, mientras Promúsica canceló en febrero los conciertros de su segunda temporada, programada en el Auditrori, por falta de público.

De los nuevos ciclos, sólo Promoconcert consigue llenos con una programación a base de orquestas y obras populares del repertorio clásico. Barcelona Clàssics tiene una media de entre 600 y 800 personas por concierto para una sala con una capacidad de más de 2.300 personas. "Se ha disparado la oferta y quizá no existe público para llenar tantos conciertos", dice Carmen Picañol, responsable del ciclo. Criterium Música, que eligió el Palau, canceló todos sus conciertos del pasado mes de enero por falta de público.

Los 11 ciclos de conciertos creados por el propio Auditori han tenido una dispar acogida. La oferta gratuita de conciertos con estudiantes de música registra llenos y tienen buena acogida los ciclos de jóvenes maestros, músicas del mundo y el dedicado a Bach. Los de grandes pianistas, música de cámara, lied, música religiosa y contemporánea alcanzan una media de la mitad de aforo. Y son muy bajos los índices de asistencia a los ciclos de cine mudo con música en directo, y el dedicado a los ganadores de importantes concursos.

Los gestores del centro ignoran cuándo se abrirá la sala de cámara

"Sueño con la noche mágica en la que se llenen la sala sinfónica, la de música de cámara y la polivalente", dice Josep Lloret, director artístico de la programación propia del Auditori de Barcelona. El sueño de Lloret tardará años en cumplirse ya que los gestores del centro ignoran todavía cuándo podrán empezar las obras de la sala de música de cámara. "Todavía no hemos recibido el proyecto ejecutivo, del que se encarga el arquitecto del edificio, Rafael Moneo", explica Joaquim de Nadal, presidente del consorcio que gestiona el Auditori.Pero el proyecto ejecutivo no supone un escollo difícil de salvar. Sí lo es, en cambio, la financiación de las obras. "Necesitamos unos 700 millones de pesetas, más otros 200 para encargar la construcción del órgano para la sala sinfónica", dice De Nadal, que asegura que ni la Generalitat ni el Ayuntamiento tienen actualmente dinero para ejecutar estos trabajos. "Hay que llegar a un acuerdo de financiación y la idea es convencer al Ministerio de Cultura para que pague, como ya lo hizo con el resto del edificio, el 50% del coste de la sala de cámara y el órgano".

Ante la evidente dificultad de conseguir este acuerdo, dado que el Ministerio de Cultura ya ha aportado a la construcción del Auditori todo el dinero al que se comprometió, Joaquim de Nadal vaticina sin rubor: "El Auditori no tardará en tener una sala de música de cámara más tiempo de lo que ha tardado el Palau de la Música" (el Palau se inauguró en 1908 y actualmente han empezado las obras para construir la sala de música de cámara).

Escuela de música y museo

Las obras que sí tienen fecha de inicio son las de la Escuela Superior de Música de Cataluña y las del Museo de la Música. Lluís Vila d'Abadal, asesor de la consejera Carme Laura Gil en materia de enseñanzas artísticas, explicó a este diario que los trabajos empezarán el próximo otoño. "Los plazos de aplicación de la LOGSE nos apremian y no podemos esperar más. En septiembre de 2001 todos los alumnos del primer curso de los estudios superiores de música ya recibirán clases en el nuevo centro", aseguró

Para minimizar las molestias que pueden provocar las obras en las actividades que en la próxima temporada se celebrarán en el Auditori, se ha establecido un pliego de condiciones en la adjudicación de las obras para evitar ruidos. El Ayuntamiento de Barcelona aprovechará las obras de construcción de la Escuela Superior de Música para realizar las del Museo de la Música, que tendrá su sede en el edificio del Auditori. Las obras cuentan ya con una asignación presupuestaria, pero su ejecución está pendiente de firma.

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