_
_
_
_
_

Boadella en "la televisión del señor Pujol"

Jacinto Antón

Albert Boadella acudió la noche del lunes al programa de Canal 33 Àgora para hablar de su nuevo espectáculo, Daaalí. La insólita aparición del director de Els Joglars en "la televisión del señor Pujol", como él mismo la denominó en el curso de la entrevista con Josep Puigbó, tenía morbo. No sólo por el contencioso histórico de la compañía con la televisión autonómica -que, denuncian, les ignora tradicionalmente-, sino por el hecho de que el programa de mano de Daaalí hace constar: "Compañía vetada por TV-3 y perseguida personalmente por el presidente de la Generalitat". En esa tesitura estaba claro que la entrevista en Canal 33 no iba a ser de guante blanco. Lo que era difícil de imaginar es que la provocación fuera a ponerla no Boadella, que se mostró hasta comedido, sino "la televisión del señor Pujol".La cosa empezó en un ambiente amable y con Boadella muy cómodo hablando sobre su espectáculo. Se ofreció luego un fragmento grabado del montaje: una secuencia de la escena de Dalí aleccionando a los pintores vanguardistas caracterizados de payasos tontos. Y entonces Puigbó, director y presentador del programa, reprochó a Boadella exagerar respecto al arte contemporáneo. Comenzaba el verdadero guión. El director de Els Joglars defendió su opinión, bien conocida, de que nada sobrevivirá del arte del siglo XX. Puigbó le señaló las actitudes de Dalí como enfrentadas al progresismo. Y Boadella cuestionó el concepto, apuntando que Picasso, Miró y Tapiès constituyen desde hace años un arte oficial. Boadella seguía hablando en un tono afable, distendido y simpático -así lo hizo hasta el final (evidenciando unas tablas de aquí te espero)-, haciendo reír en más de una ocasión al público presente en el estudio. Puigbó se metió entonces, él solo, en materia inflamable: le preguntó si la obra sobre Dalí, junto a las dos anteriores (sobre Pla y -ay-, sobre Pujol) componían una trilogía sobre el ser catalán. Boadella puso cara de póker y explicó que uno era el artista extrovertido, otro el introvertido y el tercero, el político (no lo nombró), el hombre que se aprovecha del país. Se pasaron entonces dos fragmentos de las obras: el elegido de La increíble historia del Dr. Floit & Mr. Pla fue la del monaguillo de Montserrat y el empresario catalán fundador de Òmnium. Y la de Ubú president, nada menos que la del político (Pujol) que seduce a la bandera catalana en la cama. Curiosa autoprovocación pasar precisamente esos fragmentos. Puigbó, tenso, le espetó a Boadella si no pensaba que podía molestar a la gente al hacer uso de símbolos que les merecían respeto. Boadella, zorro viejo, pareció oír cómo se cerraba la trampa. Pero ni se inmutó. Explicó con pedagógica claridad que el escándalo está en la mirada y no en la obra de arte, y reivindicó el papel transgresor del artista. Puigbó, visiblemente nervioso, le preguntó a Boadella por su filiación política -el director dijo que había sido del PSC pero que ya no lo era- y por su relación con Borrell: Boadella señaló que son buenos amigos. Puigbó le interrogó sobre las clases que le había dado al político. Y Boadella, siempre sin alterarse, explicó que fueron para enseñarle a concentrarse en un discurso aunque hubiera ruido alrededor.

Si la idea al invitar a Boadella era demostrar que éste tiene complejo de persecución, el fracaso fue completo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_