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BALONCESTO

Unicaja-Limoges, final de la Korac

Estudiantes dejó a medias su proeza, que tuvo al alcance de la mano, frente a un rival que por primera vez en su vida se ha colado en una final europea. Más allá de estadísticas, al Unicaja le bendice un hecho que en estas lides adquiere una importancia capital: está dirigido por Maljkovic. Y si ardua resulta siempre la tarea de remontar 13 puntos, hacerlo ante un equipo dirigido por el yugoslavo se antoja excesivo. Porque pocos hay que, como él, sepan manejar los partidos al ralentí, como si el hecho de permitir que el marcador crezca sea un delito. Así ha ganado la friolera de cuatro Copas de Europa. Como para toserle. Viven felices los equipos de Maljkovic con resultados escuálidos, casi sonrojantes. Un 53-47, por ejemplo.A Estudiantes, en el inicio del choque, le perdió el corazón, que se puede convertir en el peor enemigo cuando se enfrenta al reloj. Mientras les duró el tembleque a los colegiales el partido fue de Unicaja (6-13), al que le venía que ni pintado que los árbitros se hartaran de silbar. Pero apareció en pista Gonzalo Martínez, dejó la precipitación para mejor momento y Estudiantes se puso épico. Un parcial de 11-2 en tres minutos colocó el partido patas arriba y al descanso se llegó con Estudiantes al mando (26-22). La reanudación mostró a los de Pepu Hernández en su mejor versión, a lo que les ayudó que el rival se fuera empequeñeciendo a medida que fallaba tiros libres.

ESTUDIANTES 53UNICAJA 47

Estudiantes: Azofra, Aísa (8), Carlos Jiménez (10), Felipe Reyes, Vandiver (7); Gonzalo Martínez (10), Thompson (5), Robles (6) y Alfonso Reyes (7).Unicaja: Jaumin (15), Marcaccini, Mrsic (14), Sallier (7), Orenga (6); Petruska (2), Xavi Fernández, Lázaro (1) y Conceiçao (2). Árbitros: Gasperin (Francia) y Fachini (Italia). Partido de vuelta de las semifinales de la Copa Korac. Unos 2.500 espectadores en el Magariños. El Unicaja se clasifica tras ganar en la ida por una diferencia de 13 puntos (85-72). El otro finalista será el Limoges, que venció en Francia al Girona por 69-57, tras el empate a 77 de la ida.

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Al Unicaja le entró el vértigo tras dos triples de Aísa (49-35 a seis minutos del final). La eliminatoria era de Estudiantes. De nada le servía entonces al cuadro malagueño tanto control, tanta calma, tanto agotar los 30 segundos. En fin, tanta pesadez. Pero ocurre que, por aburrido que parezca su baloncesto, a Maljkovic no se le puede negar su dominio de la estrategia. Y le bastó con colocar a los suyos en zona para ahogar a Estudiantes. Luego llegó un espléndido Jaumin y certificó la clasificación del Unicaja, un equipo entrenado por un tipo capaz de hacer historia con 47 puntos a favor.

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