El hombre bisagra de la izquierda
Joan Sabaté (Tortosa, 1957) inició su andadura política de forma paralela a las circunstancias históricas: proveniente del movimiento Cristianos por el Socialismo, en los estertores del franquismo formó parte de la Asamblea Democrática del Baix Ebre, lo cual le condujo finalmente a la militancia, entre 1975 y 1984, en el PSUC, "entonces el partido más fuerte, un instrumento útil de transformación". Abandonó el PSUC cuando los tiempos, según explica, ya no hacían vigente un proyecto marxista-leninista de organización social. Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Barcelona en 1981, se retiró de la vida política mientras ocupó su cargo de director en el instituto de Sant Carles de la Ràpita. En 1989 se afilió a IC-V, formación de la que se convirtió en cabeza visible, junto con Víctor Gimeno, en las comarcas meridionales de Tarragona. Sempiterno opositor al conservadurismo de Tortosa, el empecinamiento del concejal (desde 1991) no fue vano: gracias a un pacto con el PSC, en lo que se denominó el primer Olivo catalán, se erigió en alcalde en las pasadas elecciones. aunque tuvo que valerse del apoyo del PP, una cuestión que le supuso la desautorización de la propia cúpula de su partido.Quienes le conocen y han seguido su trayectoria definen su carácter como el de un hombre conciliador y de consenso. Han sido, precisamente, estos atributos los que le han situado en los puestos de cabeza para ocupar una plaza en la candidatura de la Entesa Catalana de Progrés para el Senado. Si bien en la zona norte de la provincia las relaciones IC-PSC no van más allá de protocolarias y respetuosas, la tolerancia de Sabaté ha supuesto su configuración como el hombre bisagra entre las dos formaciones. Los que le reprochan su predisposición a pactar con los socialistas reconocen, sin embargo, que se ha volcado de forma inequívoca en los actos electorales de IC.
