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Arquitectura y tranvías

Dominique Perrault ofrece una charla sobre el Eixample en la que el único que habló del barrio fue Acebillo

Anatxu Zabalbeascoa

En los últimos meses, el arquitecto francés Dominique Perrault ha venido a Barcelona a hablar de su obra con cierta frecuencia. No en vano actualmente construye en Badalona un gran complejo deportivo, con varios campos de juego incrustados en paisaje escarpado de la ciudad, y, recientemente, el Ayuntamiento de Barcelona lo incluyó entre el elenco de prestigiosos arquitectos extranjeros que asesoran las decisiones urbanísticas de la alcaldía. En las recientes ocasiones en las que el autor de la Gran Biblioteca de Francia ha pronunciado una charla en Barcelona el público que se ha congregado a escucharlo ha sido mayoritariamente estudiantil aunque, eso sí, salpicado por el traje oscuro de algún profesional en ejercicio.Con ese historial de presentaciones, y con los credenciales que otorga ser el último arquitecto de Miterrand, autor de la afamada Biblioteca, y haber levantado edificios en varios países, Dominique Perrault ofreció una nueva charla -coorganizada por ProEixample, la constructora Metro-3 y Caixa de Catalunya- titulada L'Eixample cap el segle XXI, pero en la que habló única y exclusivamente de cuatro de sus proyectos en Copenague, París, Berlín y Badalona: los mismos proyectos que había expuesto en la Galería Ras la pasada primavera.

Si las presentaciones tenían un aire de familia y los proyectos eran los mismos, lo que sin embargo no se pareció en absoluto fue el público asistente: ni en su calidad ni en su cantidad. El miércoles por la tarde, un público maduro y encorbatado desbordaba el auditorio de la Pedrera y eso que a la charla se podía asistir exclusivamente por rigurosa invitación. Por lo que se vió, el Eixample, aunque sólo sea como título, interesa a los barceloneses mucho más que la arquitectura contemporánea de Perrault.

En contraposición al arquitecto francés, , Josep Antón Acebillo, el arquitecto jefe del Ayuntamiento de Barcelona, que cerró la sesión, sí habló del ensanche. Lo hizo, además, de una forma tan política como arquitectónica. Aseguró que pasear por el Eixample proporcionaba cultura arquitectónica y dominio de las proporciones a los ciudadanos de Barcelona. Calificó el distrito de "cordón umbilical de Barcelona que gracias a su densidad ha mantenido el tipo y ha soportado las crisis inmobiliarias y la descentralización del comercio y los servicios". Señaló que el barrio posee arquitectura histórica de gran calidad, pero carece de piezas modernas relevantes y, añadió, "por eso es importante salvar edificios excepcionales como La Modelo, la única planta panóptica que queda en la ciudad". "No sé todavía a qué uso debe dedicarse ni si debe rehabilitarse total o parcialmente, pero sé que no se debe acabar con ella", afirmó. Finalmente, Acebillo advirtió sobre la necesidad de una mejora del Metro para sanear la circulación que abotarga el ensanche: "Hablo de un intercambiador en el centro de la ciudad y hablo siempre del metro, nunca del tranvía que sólo resulta viable en las ciudades pequeñas. Ni Londres, ni París, ni Nueva York tienen tranvías en el centro de la ciudad. Que quede bien clara cual es la postura del arquitecto jefe del Ayuntamiento de Barcelona, con respecto a la utilización del tranvía", sentenció. Dominique Perrault aplaudía, asentía y, como todos los presentes, sonreía.

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