_
_
_
_
_
: EDRO MIGUEL SOSA

"Lo importante es cambiar la cultura interna de esta Universidad"

A sus 45 años, Pedro Miguel Sosa ha sido vicerrector durante siete años. Ahora se postula como rector, aunque de lograrlo, dice, "no me gustaría perder del todo el contacto con la docencia y la investigación". Pregunta. ¿Cuándo decidió que quería ser rector?

Respuesta. En junio del año pasado, cuando Justo Nieto me dijo que no pensaba volver a presentarse. Después, él rectificó, pero yo ya tenía configurado un modelo de Universidad y comprobado que había un apoyo para el cambio que defiendo.

P. En su programa, habla de un momento "histórico". ¿Por qué?

R. Porque sería una pena que esta Universidad, que ha liderado la puesta en marcha del modelo plurianual de financiación, no aprovechara el empuje que puede proporcionar el plan para dar un salto cualitativo importante. El plan orienta el sistema universitario en una dirección y nos obliga a expresar cuáles son nuestros objetivos. :

P. ¿También habla de una "transformación en profundidad". ¿En qué consiste?

R. Es algo que subyace en todo el programa. El cambio no se hace sólo con acciones más o menos emblemáticas, o con un incentivo de carácter personal. Yo hablo de cambios que calen en toda la Universidad. De las 193 actuaciones que recoge nuestro programa, hay muchas que corresponden a los instrumentos para el cambio en el sistema de gobierno, programas de mejora, establecimiento de criterios o creación de estructuras. Todas ellas orientadas al cambio.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

P. ¿De qué cambio habla?

R. Hablo de en un cambio en el estilo de gobierno, incorporando formas distintas a las precedentes y definiendo nuevos objetivos compartidos por la comunidad. Sin cambios en el estilo de gobierno, no es posible profundizar en la participación, aumentar la transparencia y mejorar la calidad.

P. Todos hablan de participación. ¿Cuál es la suya?

R. Caben dos extremos. Se pueden tomar las decisiones exclusivamente desde arriba, en aras de la máxima eficacia e inmediatez, o se puede consultar todo, lo que ralentiza los procesos. Pero lo mejor es establecer de una forma participativa los criterios, los programas y los objetivos. Sobre esa base, las decisiones posteriores son inmediatas, si bien todo el mundo tiene derecho a estar informado de lo que hace el gobierno y de lo que hacen los demás. En última instancia, queda rendir cuentas a los órganos de control.

P. Usted hace una distinción entre lo importante y lo urgente. ¿Qué es lo importante en ese cambio?

R. Lo verdaderamente importante es cambiar la cultura de la Universidad. Motivar a las personas, abrir cauces a la participación, hay que modificar muchas cosas.

P. ¿Y lo urgente?

R. Creo que todos coincidiremos en que hay que acabar las infraestructuras, mejorar los equipamientos y las instalaciones. Eso puede ser urgente, pero las necesidades inmediatas no pueden hacernos perder de vista la planificación a corto y largo plazo.

P. En su programa también considera urgente la reforma de los estatutos.

R. Eso es urgente y también fundamental, porque condiciona toda la vida universitaria.

P. ¿En qué aspectos?

R. Los estatutos están desfasados en varios aspectos, porque no se han reformado nunca, pero yo destacaría dos: la limitación de mandatos del rector, la reducción del número de miembros de los órganos colegiados y la creación de un Tribunal de Greuges, como tienen otras universidades.

P. ¿Qué imagen proyecta esta Universidad?

R. Creo que es una imagen dinámica, pero compartimentada en pequeños reinos de taifas, en muchos casos incomunicados. Creo que es necesario cambiar eso por una visión de trabajo en equipo y una mayor transparencia. La falta de información propicia la sensación de un gran desequilibrio en el reparto de recursos, que a veces es cierta y por tanto habrá que contrarrestarla, y a veces es fruto de la propia falta de información.

P. Como miembro del equipo de gobierno durante siete años, ¿no defiende determinados logros?

R. Esta Universidad tiene puntos débiles que hay que cambiar y mejorar, pero también tiene puntos fuertes, que hay que aprovechar.

P. ¿Qué puntos fuertes?

R. Tenemos una red informática que vamos a potenciar y utilizar mejor. Somos potentes también en transferencia de tecnología y en relaciones con las empresas, que debemos aprovechar para ayudar a los alumnos en su primer empleo. Otro punto fuerte son las relaciones con universidades extranjeras a través de los programas internacionales de intercambio de estudiantes.

P. ¿Son tan buenas las relaciones con las universidades valencianas?

R. Todo el mundo sabe que no son todo lo buenas que deberían ser. Si resulto elegido, es seguro que van a mejorar, porque como vicerrector he comprobado las inmensas posibilidades de colaboración que existen y lo que cada Universidad puede aportar. Juntos podemos impulsar mucho mejor el Sistema Universitario Valenciano que por separado.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_