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El triunfo del velero 'piu bello' La clasificación del 'Luna Rossa' para disputar la Copa del América desata el delirio en Italia

De los grandes señores de las finanzas, aficionados por tradición al mar y al costoso deporte de la vela, a los ciudadanos de a pie, toda Italia se despertó ayer con la euforia del triunfo de Luna Rossa, el majestuoso, estilizado barco de vela de la firma Prada que acaba de clasificarse para la final de la Copa América. Los titulares de los diarios italianos rebosaban adjetivos superlativos: "La gran fiesta de Luna Rossa", "El triunfo mágico del barco más bello", "Noche de leyenda, la victoria de Luna Rossa", en una orgía de satisfacción y orgullo. Primero por haber llegado a la final, algo que no le ha ocurrido nunca a Italia (ni a ningún país de Europa). Segundo, por haber vencido al velero norteamericano, America One, dejando fuera por primera vez en la historia de esta competición la bandera de los Estados Unidos.Con el triunfo en la regata de ayer, finalizada poco después de las cuatro de la mañana, el Luna Rossa se adjudica la Copa Louis Vuitton que le da derecho a disputar la Copa del América. Un triunfo ajustado, al sumar cinco victorias contra cuatro de su último enemigo, America One. La emoción había llegado a un punto álgido porque los dos poderosos barcos, de velas altísimas, hasta la desproporción, llegaban empatados a la novena y definitiva regata. Delante de los televisores domésticos, cerca de dos millones de italianos se mantuvieron atentos luchando contra el sueño, hasta las dos de la mañana. Todo un record, si se tienen en cuenta las altas horas de la madrugada y la condición todavía elitista del deporte de la vela. Pero un récord previsible a la vista del entusiasmo por el velero de Prada, el Luna Rossa (Luna Roja) que ha contagiado a todo el país, que se veía por una vez al borde del triunfo frente a un rival de tanta consistencia como el America One. Cierto que en la séptima regata, cuando Paul Cayard, el patrón del velero americano, se alzó con el triunfo y advirtió que había llegado la hora de la verdad para el Luna Rossa, muchos temieron una derrota. Pero el velero de Prada ha hecho el milagro clasificándose al ganar la última regata por 47 segundos de diferencia.

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Dicen que Patrizio Bertelli, el armador, ha vivido las últimas regatas con la pasión rabiosa de un niño. Para un apasionado de la vela como él, conquistar la Copa América era el máximo sueño. Para ello ha invertido cerca de 10.000 millones de pesetas en un barco bellísimo y en una experta tripulación. Bertelli, de 53 años, un toscano más bien antipático que odia la prensa, es consejero delegado de Prada, la firma de moda fundada por la familia de su esposa, Miuccia Prada, que ha revolucionado absolutamente el made in Italy. La pasión por la vela ha llevado a toda la familia a Nueva Zelanda. Siguiendo las regatas en Auckland, Miuccia Prada contrajo una fuerte pulmonía pero nada de esto parece haber afectado la moral del equipo Prada, ni de su capitán, Francesco de Angelis, en su día alumno del norteamericano, Paul Cayard.

A lo largo de las nueve regatas de la Copa Louis Vuitton, en la que participaron cinco barcos americanos, Cayard se había convertido en un personaje detestado por los medios de comunicación italianos. Cayard es bien conocido en este país porque guió otro velero mítico italiano, el del empresario Raúl Gardini, El moro de Venecia, que disputó la Copa del América de 1992. Su convicción de que la victoria estaba al alcance de la mano frente a "los italianos", han irritado en Italia. Ayer, no hubo demasiadas declaraciones de los perdedores. Por primera vez en la historia de la Copa del América, que se remonta a 1851, no se había disputado ninguna final sin la presencia del velero de los Estados Unidos, barco que, en el 90% de los casos se ha alzado con el triunfo final. Sólo en dos ocasiones, en 1983, y en 1995, la victoria fue para los australianos y para los neozelandeses, respectivamente. El equipo del Black Magic, triunfador de la última edición será ahora el adversario de Luna Rossa en una final de nueve regatas que comenzará el 19 de febrero y tendrá despierta a media Italia hasta bien entrada la madrugada.

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