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Temor por la suerte de un reportero detenido por los rusos en Chechenia

La suerte de Andréi Babitski, el periodista de la emisora estadounidense Radio Liberty capturado a mediados de enero por los rusos cuando abandonaba Grozni, era un absoluto misterio al caer la noche de ayer. La difusión de un vídeo rodado por el Servicio Federal de Seguridad (FSB) que mostraba su supuesto canje por dos prisioneros rusos no hizo sino atizar el fuego de la duda.

La gran pregunta es por qué el veterano periodista, que tanto irritó a los militares con su descripción de la otra cara de la guerra, no se ha puesto en contacto con su familia. Mientras no lo haga, todas las hipótesis seguirán abiertas, incluso la de que ha muerto. La grabación difundida ayer por televisión muestra a un Babitski sin afeitar que, escoltado por soldados y con un maletín en la mano, es entregado a un enmascarado. La esposa del informador apreció en Babitski una extraña "mirada vacía", pero su mayor preocupación deriva de que no sabe quién se hizo cargo de él. Algunos detalles resultan sospechosos, como que el camarógrafo no enfocase a varias personas que esperaban a Babitski junto a un coche, y que el enmascarado (los chechenos raramente lo están) no le recibiese con el típico abrazo checheno. Tampoco hay forma de saber cuándo se efectuó la filmación. El supuesto punto de canje era descrito por un corresponsal de Izvestia en Chechenia como situado en una zona controlada por los federales, de la que es imposible salir sin pasar controles rusos. La declaración del portavoz Serguéi Yastrzhembski de que Rusia ya no se responsabilizaba de la suerte del informador no hizo sino aumentar la alarma.

Yevgueni Savostiánov, ex jefe del FSB en Moscú, aseguró que "todo huele a que Babitski ha sido eliminado para que no cuente lo que sabe". Matt Bivens, director del diario Moscow Times, afirmó por su parte: "Podría ser que los rusos le torturasen o le matasen y que ahora estén intentando encubrir los hechos".

Aunque Babitski aparezca sano y salvo, el desprestigio por su captura, retención sin juicio y canje seguirá planeando sobre los militares rusos, que parecen temer más a los periodistas que a los boievikí. Tal vez por eso, Valeri Manílov, vicejefe del Estado Mayor ruso, decía ayer que no hubo canje y que el periodista fue a donde quiso tras ser liberado.

La preocupación por la suerte de Babitski ha tapado el triunfalismo ruso tras la práctica toma de Grozni, donde aún se registran combates con focos aislados de resistentes que no lograron romper el cerco.

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