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El perito forense refuta la versión del acusado por el crimen de Ulldecona

La declaración como perito de Luis Frontela, catedrático de Medicina Forense, en el juicio contra Ramón Barranco por el crimen de María del Carmen Castell desacreditó aún más la versión del inculpado. Según Frontela, del estudio del cadáver se desprende que no había sido trasladado. Barranco achaca los hechos a cuatro amigos de Ulldecona y asegura que él únicamente ayudó a mover el cuerpo de la joven, lo que explicaría las manchas de sangre en su ropa.

Frontela fue uno de los últimos testigos de la vista oral que se ha celebrado en la Audiencia de Tarragona sobre el crimen de María del Carmen Castell -cometido hace 18 años-, que finalizó ayer con la ratificación por parte del fiscal y de la acusación particular de su petición de pena para Ramón Barranco: 30 y 50 años de cárcel, respectivamente. El catedrático aseguró que las manchas de sangre presentes en el cuerpo de la joven indicaban que éste no había sido movido, por lo que la muerte de María del Carmen Castell se produjo en el castillo de Ulldecona, donde se encontró su cadáver. Frontela explicó que, a su juicio, el agresor de la joven actuó solo y era conocido de la víctima -"por eso la había vuelto a vestir", dijo-, y apuntó que en algún momento del forcejeo entre los dos, "alguna cosa tuvo que decir ella, que desató su ira".

El forense cree que esto explicaría la multitud de golpes que recibió la joven, hasta 14, probablemente dados con una piedra, que le causaron 27 fracturas, la mayor parte localizadas en la cabeza. El relato del catedrático recoge que la joven posiblemente consiguió zafarse de su agresor e intentó huir, pero que fue entonces cuando éste la golpeó en la cabeza por detrás. Frontela aseguró en el juicio que, a su entender, los tres pelos del agresor recogidos de la ropa interior de la joven coinciden en un 80% por sus características con el cabello de Barranco, aunque no fueron sometidos a un análisis de ADN porque el paso del tiempo lo imposibilitó. Según el catedrático, sí llegó a haber penetración por parte del agresor. La acusación particular recogió este hecho en sus conclusiones, así como la enumeración de los diversos casos de intentos de abuso sexual por parte de Barranco que durante la vista oral han denunciado varios testigos.

El tribunal pudo escuchar asimismo el peritaje realizado por los psicólogos al acusado, en el que se asegura que no tiene síntomas de alteración mental, ni permanente ni transitoria, y que se trata de una persona con un coeficiente de inteligencia dentro de los criterios normales.

El juicio, que se ha prolongado durante toda la semana y en el que se han evidenciado numerosas contradicciones en la versión del acusado, quedó visto ayer para sentencia con la escucha de algunas grabaciones que la Guardia Civil realizó en los teléfonos de la familia de Barranco, en las que se desvela el encubrimiento que ésta practicó durante los 18 años pasados desde la muerte de María del Carmen Castells. La madre de Barranco, sin embargo, negó que reconociera su voz en las mismas. Tanto ella como sus hijas habrían participado en la quema de las ropas ensangrentadas que el acusado presentó el día de autos, el 14 de febrero de 1982.

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