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Las presidenciales de hoy en Croacia dan la puntilla al régimen de Tudjman

Los 4,2 millones de electores croatas, convocados hoy a las urnas para elegir presidente entre nueve candidatos, darán la puntilla definitiva al régimen del carismático Franjo Tudjman, fallecido hace seis semanas. Todas las encuestas indican que sólo tres de los nueve candidatos tienen posibilidades de lograr los dos primeros puestos para pasar a una segunda vuelta, que se celebraría el próximo 7 de febrero, ya que parece imposible que ninguno de los aspirantes a la presidencia logre rebasar el 50% de votos.

En las dos anteriores elecciones presidenciales de la actual Croacia, en 1992 y 1997, Tudjman venció de forma arrolladora con más de un 60% de votos. El régimen de Tudjman no sobrevivió ni dos meses a la muerte de su fundador. A la derrota en las elecciones parlamentarias del pasado día 3 de enero siguió una lucha en el interior de la Unión Democrática Croata (HDZ) por quedarse con el mando en el movimiento nacional creado por Tudjman. La consecuencia inmediata fue el hundimiento en las encuestas del candidato mejor situado, antes de las legislativas, para llegar a la presidencia, el ministro de Asuntos Exteriores, Mate Granic, un hombre moderado y europeísta que podría haber dado un giro hacia la democracia cristiana a la HDZ.Los últimos sondeos ante la elección presidencial de hoy en Croacia dan como favorito a Stipe Mesic, de 65 años, con porcentajes entre un 31% y un 37%. En segundo lugar, las encuestas colocan a Drazen Budisa, de 50 años, el candidato de la coalición entre socialdemócratas (SDP) y social-liberales (HSLS) que ganó las elecciones legislativas del 3 de enero y al que le atribuyen entre un 23% y un 24%. El tercer clasificado en los sondeos es el ministro de Exteriores, el médico de 52 años Mate Granic, con porcentajes entre un 13% y un 14%.

Candidato insignificante

En tres semanas, la carrera por las presidenciales ha significado una vuelta de calcetín en el panorama político de Croacia. Un candidato insignificante en apariencia, vicepresidente de un minipartido popular (HNS), que a duras penas colocó a dos diputados en el nuevo Parlamento, se ha convertido en el favorito con bastante posibilidades de ganar la elección en la segunda vuelta.

Mesic no es un desconocido en la política de Croacia y de la antigua Yugoslavia. Tras ocupar la jefatura del Gobierno de Croacia, designado por Tudjman en 1990, le tocó desempeñar el cargo de último presidente de la difunta Yugoslavia en Belgrado. Al desintegrarse Yugoslavia, a fines de 1991, regresó a Zagreb y, tras las elecciones legislativas de 1992 salió elegido presidente de la Cámara de Diputados. Siguió la ruptura con Tudjman en 1994, la fundación de un partido de efímera vida y los años de ostracismo.

Mesic, un barbudo de cejas hirsutas, pelo casi rapado a cepillo y cara de ogro pícaro con expresión de burla permanente en la mirada, ha logrado enganchar con el electorado croata, que parece hastiado del boato, la megalomanía y la solemnidad con que Tudjman había rodeado la presidencia. Mesic promete racionalizar el aparato del Estado, perseguir a los corruptos del régimen de Tudjman y acabar con las ayudas bajo cuerda a los croatas de Herzegovina.

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