_
_
_
_
_

Los socialdemócratas austriacos volverán a gobernar con los conservadores para frenar al ultraderechista Haider

Después de más de 100 días con Ejecutivo interino en Austria, el Partido Socialdemócrata (SPÖ) y el Partido Popular (ÖVP) han acordado reanudar la coalición que gobernó el país en los últimos 13 años, ahora debilitada por la pérdida de votos en las elecciones del pasado 3 de octubre, por las divergencias entre ambos partidos, y por los problemas internos de cada uno de ellos. El FPÖ, partido liderado por el utlraderechista Jörg Haider, segunda fuerza política (con el 27,3 % de los votos), permanecerá en la oposición. Los dirigentes del SPÖ y del ÖVP asumieron por separado en la noche del martes el programa de coalición, negociado en detalle durante nueve duras sesiones. Aunque el presidente de la Confederación de Sindicatos Austriacos (ÖGB), Fritz Verzetnitsch -a su vez miembro de la presidencia del SPÖ-, manifestó su firme rechazo a la subida de la edad mínima para la jubilación anticipada -de 60 a 62 para los hombres, de 55 a 57 para mujeres- prevista en el nuevo plan de Gobierno, el jefe de los socialdemócratas, el canciller Viktor Klima, aseguró que él no "desatará" el paquete negociado con los conservadores, y no aclaró nada sobre la distribución de carteras, asunto todavía en discusión.

Los conservadores exigieron que los socialdemócratas les cedieran un ministerio importante, como el de Finanzas. También se mencionó el de Asuntos Sociales o el del Interior. Para hoy se espera el documento definitivo, en el que constarán los propósitos del nuevo Gobierno. Uno de los aspectos más complejos será el capítulo de seguridad. Los conservadores han logrado incluir en la agenda que Austria, país neutral, garantice a la Unión Europea su apoyo en caso de contienda militar, una reforma imposible de realizar sin un plebiscito, porque afectaría a la neutralidad fijada en la Constitución y defendida por los socialdemócratas.

La única opción

Aunque en las pasadas elecciones el ÖVP, liderado por el hasta ahora vicecanciller y ministro de Exteriores Wolfgang Schüssel, quedó relegado a un tercer lugar, detrás del partido de Haider -con igual cantidad de escaños, pero 400 votos de diferencia-, los conservadores ganaron poder de negociación al convertirse en la única alternativa de alianza para la socialdemocracia, que se niega rotundamente a pactar con la ultraderecha. El ÖVP, por el contrario, nunca descartó la posibilidad de pactar con Haider, si bien el presidente de Austria, Thomas Klestil, procedente del flanco democristiano, dejó claro que el líder ultraderechista en el Gobierno no sería conveniente para el país.

Haider, por su parte, argumenta a sus 50 años que se puede permitir esperar. La continuación de la antigua coalición gubernamental le ofrece "una buena oportunidad para convertirse en primera fuerza política en la próxima ocasión. Por primera vez en su historia, el FPÖ está en posición de verdadero ganador", dijo. Haider considera poco probable que los partidos tradicionales pongan fin a la práctica de repartirse entre ellos el poder en todos los sectores del país, una costumbre que la utlraderecha critica, con enorme apoyo popular, y confía que la alianza se rompa antes del final de 2003, el final de la legislatura.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_