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El ex gal Aceña implica de nuevo a un empresario de Irún en la guerra sucia

Daniel Fernández Aceña, ex mercenario de los GAL que fue condenado en 1985 por el asesinato del francés Jean Pierre Leiba, mantuvo ayer un tenso careo con el empresario de Irún (Guipúzcoa) Víctor Manuel Navascués, al que acusó de reclutarle para que trabajase para los GAL. Navascués, que fue absuelto de la muerte de Leiba en el mismo proceso en el que se condenó a Aceña -y que también fue absuelto de pertenecer a los GAL y de ser el cerebro del comando Jaizubia- negó haber reclutado a Aceña y tener cualquier relación con ese grupo terrorista. El careo entre ambos se celebró en el marco del proceso que se sigue en la Audiencia Nacional por el asesinato del prófugo del servicio militar Juan Carlos García Goena, en el que Fernández Aceña figura como imputado. El atentado contra García Goena, reivindicado por los GAL, fue cometido el 24 de julio de 1987 en Hendaya (Francia), al estallar un artefacto colocado en los bajos de su vehículo.

Aceña aseguró que Navascués le contrató para que proporcionase informaciones sobre refugiados vascos aprovechando su trabajo en una cooperativa del sur de Francia. Agregó que le consta que las informaciones que le pasó sobre García Goena y otros refugiados fueron remitidas al cuartel de la Guardia Civil de Intxaurrondo. Aceña precisó, sin embargo, que desconocía si la información que pasaba a Navascués era utilizada para cometer atentados o para evitarlos.

Navascués, por su parte, negó estos extremos, así como cualquier relación con el asesinato de García Goena, y señaló que Fernández Aceña actúa movido por la venganza y debido a una vieja enemistad.

Droga y explosivos

También estaba prevista la presencia en el juzgado para celebrar careos de Francisco Garre, pero el que fuera compañero de celda de Fernández Aceña se encuentra en paradero desconocido. El ex mercenario ha relatado al juez que Garre le confesó haber sido la persona que proporcionó el explosivo que acabó con la vida de García Goena. Garre se encontraba en prisión por un delito de tráfico de cocaína.

Sin embargo, cuando Garre fue llamado por en sus día por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón dijo no saber nada de la muerte de García Goena, aunque reconoció que era propietario de una cantera en Olula del Río (Almería). Pero Garre dijo más. En el pasillo del juzgado, cuando esperaba a declarar, coincidió con Navascués y le reconoció. Entonces dijo a Garzón que Navascués le había entregado en 1987 un maletín con cocaína y que él le conocía como "don Luis". Garre fue detenido con el maletín en el aeropuerto de Hondarribia (Guipúzcoa), localidad limítrofe con Irún, donde reside Navascués, y condenado por tráfico de droga a siete años de cárcel. En la prisión, Garre coincidió con Aceña.

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Garzón apreció igual firmeza en Aceña que en Navascués.

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