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Mahuad amenaza con el caos si no se aprueba su plan para dolarizar Ecuador

El Ejército y la policía intentan frenar el avance de la protesta indígena hacia Quito

Juan Jesús Aznárez

Ecuador se adentrará en la pesadilla, el caos social y la quiebra, y perderá su futuro como nación, si su Congreso no aprueba con urgencia el proyecto de ley que ejecutará el cambio de modelo económico, la dolarización aprobada hace una semana para atajar el agravamiento de la inflación, la acelerada devaluación del sucre y las protestas callejeras contra el Gobierno. El presidente, Jamil Mahuad, advirtió ayer sobre este sombrío porvenir durante un mensaje al país pronunciado en el Congreso.

Mahuad, cuya credibilidad estaba bajo mínimos hasta hace una semana, y cuya renuncia algunos sectores dieron por segura, lanzó este llamamiento en un Congreso tomado por la policía en previsión de que pudieran alcanzarlo las manifestaciones, indígenas o laborales, promovidas por la oposición más radical.El proyecto de ley presentado por el Ejecutivo contra el enquistamiento del desbarajuste financiero sufrido durante 1999 y principios de 2000 por Ecuador, modifica el sistema monetario y establece que el dólar se cotizará en el Banco Central a 25.000 sucres. Los contratos serán firmados en dólares, consagrando legalmente una práctica diaria, al igual que la contabilidad de las operaciones financieras. Todos los impuestos, no sólo al comercio exterior, importación y exportación, serán abonados en la moneda norteamericana. Temporalmente, el sucre y el dólar circularán juntos. Poco al poco, el primero quedará como moneda fraccionaria.

"El país nos clama que tengamos acuerdo. Reaccionemos al llamado del Ecuador", demandó el jefe de Gobierno a los legisladores, mayoritariamente favorables a la dolarización de la economía. Pero complicado el proceso de conversión cambiaria, y vigente todavía el canibalismo político en Ecuador, son previsibles tropiezos legislativos entre el oficialismo y los partidos de la oposición. "Este proyecto de ley permite que se concreten nuestros sueños. Pero si esta ley no se aprueba, este sueño (el nuevo modelo) que empezamos a creer será la peor pesadilla que nos puede afectar", avisó Mahuad, un economista de 50 años educado en Harvard.

Acusado de falta de liderazgo, un periodista extranjero domiciliado en Quito comentaba que Mahuad "cometió el error de tratar de gobernar con decencia un país donde los métodos tradicionales son indecentes". Otras fuentes reportan, sin embargo, que no combatió focos de corrupción financieros evidentes.

De rechazarse su propuesta, agregó el jefe del Ejecutivo en el informe, se disparará la cotización del dólar, la inflación alcanzará niveles catastróficos, continuará la fuga de capitales, el aumento del paro y caerá el poder adquisitivo de los salarios. "Y este país no tiene futuro. Así de histórica es la decisión que debemos adoptar". Insuficientes los recursos propios, y difícil el acceso al crédito internacional de Ecuador después de que su Gobierno suspendiera el pago de su deuda externa -870 millones de dólares anuales (14.200 millones de pesetas)- las arcas estatales dependerán mucho del petróleo y de la inversión extranjera, reacia a instalarse en mercados inestables.

En los últimos dos años, 400.000 ecuatorianos llegaron a la conclusión de que la corrupción y la impunidad, y los banqueros enriquecidos a su amparo, tenían bastante más futuro que ellos y emigraron. Las causas del empobrecimiento ecuatoriano son diversas. Mahuad atribuyó a los estragos causados por el fenómeno natural El Niño unas pérdidas de 3.400 millones de dólares en los dos últimos años, un 14% del PIB.

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El analista económico Jaime Morillo Battle, exmiembro de la desaparecida Junta Monetaria, encuentra otras razones de fondo. "Los gobiernos se han empeñado en gastar más de lo que han tenido, lo cual les ha obligado a hacer verdaderos asaltos al Banco Central. Y las presiones de los sectores exportadores han obligado a devaluaciones drásticas". El sucre fue devaluado en tres ocasiones en 1998, año de la investidura de Mahuad, y la depreciación llegó hasta el 197% en 1999.

El gobernante llamó ayer al optimismo, a soñar, a sumar fuerzas por un futuro promisorio. Hacían lo propio las organizaciones indígenas de este país de 12 millones de personas que llaman a labrarlo con un "gobierno popular", mediante la "toma de Quito" y la disolución de los actuales poderes del Estado.

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