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CiU adelantará su actividad electoral para que el PP y el PSOE no la eclipsen en la campaña

La propaganda electoral llegará antes de hora. Convergència i Unió (CiU) desplegará toda su energía en los meses de enero y febrero ante la convicción de que el mensaje nacionalista quedará eclipsado por la bipolarización entre el PP y el PSOE en la campaña de las legislativas, previstas para el 12 de marzo. Durante este periodo, CiU se esforzará en liberarse del estigma de colaboración con el Ejecutivo de José María Aznar y apelará al voto útil por su papel decisivo en la gobernabilidad. Los nacionalistas reclamarán un pacto de Estado para el reconocimiento de la plurinacionalidad de España.

Los dirigentes de Convergència i Unió (CiU) han empezado a configurar el organigrama interno para las elecciones generales de marzo. Se han constituido ya algunos comités de campaña y perfilado las líneas generales de acción. Pere Esteve por parte de Convergència y Josep Sánchez Llibre por Unió serán los máximos responsables de todo el operativo electoral con el objetivo de que la coalición nacionalista recupere parte del electorado perdido en las anteriores citas de las municipales y autonómicas.Ante el temor de que el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista (PSOE) bipolaricen la atención mediática y social de los 15 días de campaña, los nacionalistas catalanes centrarán su esfuerzo en los meses precedentes de enero y febrero. El cabeza de lista de la coalición, Xavier Trias, no dimitirá como consejero de Presidencia hasta días antes de la campaña, lo cual, según fuentes de CiU, se considera más positivo con vistas a su imagen pública y a su aparición en los medios de comunicación. Durante este periodo de tiempo se sucederán los mensajes electorales y la presencia de los candidatos por todo el territorio catalán.

Los nacionalistas catalanes consideran que en la próxima legislatura se abrirá una nueva etapa política, puesto que los dos principales partidos de ámbitos estatal, PP y PSOE, se han alternado ya en el poder. CiU está dispuesta a aprovechar al máximo esta coyuntura en un doble ámbito, el autonómico y el español, es decir, reconocimiento del carácter plurinacional del Estado y modernización de los servicios públicos y de la Administración.

El apoyo que los nacionalistas pueden brindar al partido vencedor en las urnas, en caso de que no obtenga una mayoría cualificada, estará condicionado a la aceptación de que Cataluña tiene derecho a un cierto poder político, no sólo en cuanto a competencias y fiscal, sino también de representación propia en la Unión Europea. Para ello, según CiU, será necesario un pacto de Estado en el que se reconozcan estas demandas con independencia de los acuerdos que la coalición pueda firmar para la investidura del futuro presidente del Gobierno.

El reconocimiento de la plurinacionalidad de España será un reivindicación compartida por otras fuerzas nacionalistas durante la próxima legislatura. En enero se celebrará en Bilbao una cumbre de la Declaración de Barcelona en la que se abrirá la puerta a la adhesión al documento de otras fuerzas nacionalistas, como el Partido Andalucista y Coalición Canaria. CiU pretende hacer valer la fuerza parlamentaria de todos estos partidos a partir de marzo. Entre ellos podrían llegar a sumar una treintena de diputados.

Pero el máximo objetivo de CiU radica en mantener su papel decisivo en la gobernabilidad de España. Los nacionalistas preferirían reducir su representación parlamentaria a perder esta capacidad, que, además, piensan explotar en sus intervenciones. Fuentes de la coalición nacionalista admitieron que en las próximas elecciones generales pueden perder de dos a tres diputados, de los 17 que obtuvieron en los comicios de 1996.

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Sin embargo, Convergència i Unió no quiere presentarse con el estigma de haber colaborado parlamentariamente con el Gobierno del Partido Popular, por lo que sus mensajes insistirán en distanciarse de los conservadores. "Padecemos un virus de la gobernabilidad, y eso, en algunos aspectos, es negativo", señalaron fuentes de Convergència.

Formación de las listas

La composición de las listas se ultimará durante el mes de enero. Convergència las aprobará en su consejo nacional del día 16 y Unió Democràtica lo hará también por esas fechas. Xavier Trias encabezará la candidatura de Barcelona. Tras él, el consejero quiere situar a una mujer. Se han barajado tres nombres: las empresarias Adriana Casademont y Helena Subirana y la presidenta de la Cruz Roja, Marta Corachán. Quienes repetirán son Ignasi Guardans, Carles Campuzano y Jordi Jané, y posiblemente se incorporará Josep Camps.

La lista de la coalición en Girona estará encabezada por Josep López de Lerma; la de Tarragona por Lluís Badía, presidente de la Autoridad Portuaria, y la de Lleida por el democristiano Pere Grau, seguido de Ramon Company.

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