Los comunistas pierden el control de la Duma a pesar de ser la fuerza con más votos y escaños
Los resultados de las legislativas, aunque todavía no definitivos, muestran que los comunistas y sus aliados han perdido el control de la Duma estatal, aunque son los que más votos y más escaños han obtenido. Ello se debe, ante todo, a que en la nueva Cámara baja están ahora representadas más fuerzas de centro y de derecha que de izquierda. A excepción del Partido Comunista (PC), prácticamente todas las otras listas que superaron la barrera del 5% son reformistas, incluido el partido del ultranacionalista Vladímir Zhirinovski, que siempre ha terminado apoyando al Gobierno.
De acuerdo con los datos disponibles ayer, el PC obtendría 68 diputados por lista y ganaría otros 43 en las circunscripciones elegidas por sistema mayoritario. A éstos, sin embargo, hay que agregar bastantes escaños de los 133 que ganaron políticos que se presentaron como independientes. Es el caso de Anatoli Lukiánov, expresidente del Sóviet Supremo de la URSS; de Yuri Masliukov, exviceprimer ministro; o de Yegor Ligachov, exmiembro del Politburó de la URSS, quien durante un tiempo fue el número dos del régimen. Por cierto, Ligachov, de 79 años, probablemente sea quien presida la Duma hasta que los diputados elijan a la nueva mesa. En total, los comunistas pueden llegar a tener entre 140 y 150 escaños, lo que es insuficiente para aprobar un voto de censura contra el jefe de Gobierno, Vladímir Putin.Unidad, creada especialmente para apoyar al Kremlin, ganaría 66 escaños por lista y 10 en circunscripciones, formando así el segundo grupo más numeroso en la Duma (que con los independientes que se le unan pueden llegar a más de 100).
El tercer lugar lo ocupará Patria-Toda Rusia con 32 diputados por lista y 30 en circunscripciones. Algunos analistas piensan que este movimiento, liderado por Primakov, puede ser un aliado potencial de los comunistas. Pero es dudoso que puedan unirse para tratar de derribar al actual Gobierno: Primakov ha dicho que apoya a Putin, y Mintimer Shaimíyev, presidente de Tatarstán y uno de los líderes de Toda Rusia, ha dicho que por ningún motivo formarán alianza con los comunistas y ha definido su organización como de centro-derecha. Que puedan coincidir para aprobar algunas leyes, sobre todo de carácter social, o incluso para bloquear otras es probable, pero difícilmente firmarán un pacto estratégico.
El cuarto grupo lo formará la Unión de Fuerzas de Derecha (UFD), con una treintena de escaños. La UFD y Unidad constituirán el núcleo de apoyo al Kremlin, y en particular a Putin como candidato para las presidenciales de junio.
También los diputados obtenidos por Nuestra Casa es Rusia (NCR) en circunscripciones (la lista no pasó el 5%) -como su líder, Víktor Chernomirdin, o el jefe de su fracción parlamentaria, Vladímir Rizhkov- se aliarán a éstos. Además, muchos independientes se adherirán a los progubernamentales. Destacan, entre éstos, los magnates Borís Berezovski y Román Abramóvich. Es decir, que, en conjunto, los leales al Kremlin serán tantos o más que los comunistas.
Los otros dos grupos son Yábloko, con una veintena de escaños, y el partido de Zhirinovski, con 17. Aunque por listas han obtenido un porcentaje similar, Yábloko será más numeroso gracias a que varios de sus candidatos también han ganado en los mandatos que se definían por sistema mayoritario.
En las circunscripciones de un mandato hubo muchos famosos derrotados, entre los que cabe citar a Yelena Batúrina, esposa del alcalde de Moscú; al ex regidor de San Petersburgo, Anatoli Sobchak; o a Ruslán Jasbulátov, expresidente del Sóviet Supremo cañoneado por Yeltsin en 1993.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.