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Hamás acusa al hermano de Arafat de ordenar el atentado contra un disidente

Mussa Arafat, el hermano del presidente Yasir Arafat y responsable de la poderosísima Seguridad Militar, dio orden de atentar contra el diputado disidente Moawiya al Masri, uno de los 20 firmantes del manifiesto contra la tiranía y la corrupción del Gobierno palestino, según confesaron dos de los autores de la represalia poco después de que fueran detenidos por la policía. Estas revelaciones complican aún más el caso de los 20 oponentes, cinco de los cuales iniciaron ayer en la cárcel de Nablus una huelga de hambre indefinida."Habíamos recibido órdenes de Mussa Arafat", aseguraron a la policía palestina los dos presuntos responsables del atentado perpetrado contra el diputado Al Masri el pasado jueves en la localidad de Nablus, al norte de Cisjordania, al que apalearon y dispararon en un pie, alcanzándole e hiriéndole levemente en el dedo pulgar, cuando se disponía a entrar en su casa, en el centro de la ciudad.

Las confesiones de los dos sicarios implicando al hermano de Arafat en el atentado han sido confirmadas por el movimiento islamista Hamás, al que se encuentra vinculado el diputado Al Masri, si bien las autoridades policiales y judiciales palestinas guardan un hermético silencio sobre todas las actuaciones relacionadas con el caso, en un intento de amordazar y ahogar el escándalo.

Ayer, sin embargo, en un intento de romper este muro de silencio impuesto por la Administración palestina en relación al incidente, cinco disidentes, que actualmente se encuentran internados en la cárcel de Nablus, iniciaron una huelga de hambre con carácter indefinido. El portavoz de los huelguistas, Ahmed Shaker Doodeen, de 65 años, aseguró que intentaban denunciar con esta protesta la "situación de injusticia en la que se encuentran" y difundir así las causas que le han llevado a estar en prisión.

Actitud desafiante

La actitud desafiante de una gran parte de los firmantes del manifiesto contra Yasir Arafat -sólo se han disculpado hasta el momento siete de ellos- no ha hecho ninguna mella en el fiscal general palestino, Jaled al Qidra, quien en las últimas horas ha prolongado la orden de prisión de los disidentes por 15 días más, mientras continúa a marchas forzadas instruyendo la causa judicial contra ellos por un supuesto delito de "incitación" contra la Autoridad Nacional Palestina, del que seguramente serán juzgados en fecha próxima ante un tribunal excepcional de Seguridad del Estado, cuyos fallos son inapelables.

Los sectores críticos de la sociedad palestina han iniciado una campaña de movilizaciones en apoyo de los detenidos, las más importantes de las cuales se han celebrado en Nablus, donde viven al menos tres de los disidentes, y donde, desde el pasado viernes, se vienen efectuando manifestaciones callejeras. La marcha más concurrida se produjo el sábado por la mañana, reuniendo a varios millares de personas que lograron, a pesar de las órdenes de la policía, congregarse ante el domicilio del diputado Al Masri, al que sacaron en hombros ante la multitud. "Lo sucedido no me hará dar marcha atrás. Yo continuaré mi batalla", aseguró el doctor Al Masri, dirigiéndose a gritos a la multitud que lo vitoreaba.

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Algunos de estos manifestantes volvieron ayer a congregarse ante la cárcel de Nablus, ante la cual permanecieron buena parte de la mañana, mientras aguantaban una pancarta en la que se podía leer: "Sí a la libertad de expresión", en alusión al silencio que la prensa palestina viene manteniendo con respecto al caso.

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