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El Hospital General instó la quiebra a espaldas del comité de acreedores

El Hospital General de Catalunya (HGC) instó su quiebra sin dar cuenta de ello a la comisión de seguimiento, que es el órgano en el que se agrupan sus acreedores y que en la práctica está llevando la gestión y la estrategia de la empresa. El presidente de la sociedad gestora del hospital, Pere Narbona, no informó ni a la Seguridad Social, ni a Hacienda, ni al ICF, principales acreedores, ni tampoco a sus proveedores. Narbona, según las fuentes consultadas, dio este paso para evitar que una crisis con sus acreedores desembocara en un cambio de gestores.

En el centro de la polémica quiebra presentada la pasada semana por el HGC se encuentra la voluntad de su equipo directivo de continuar al frente de la gestión. El presidente del grupo hospitalario, Pere Narbona; su vicepresidente Albert Parera y los vocales del consejo Josep Maria Arqué, Manuel Marín, Ricard Puig y Josep Tineo mantienen ahora una dura pugna con los grandes acreedores públicos y privados, que en la práctica son los que tienen el futuro del hospital en sus manos. El órgano directivo del hospital percibió en 1998 un total de 36 millones de pesetas, según las cuentas de la entidad.Narbona dijo tras instar la quiebra que había entrado en un proceso concursal de este tamaño -un pasivo total de 17.000 millones- para conseguir de la Administración un gesto de condonación parcial o total de la deuda. El actual presidente del HGC reconoce explícitamente que el proyecto es inviable y recuerda que en la última junta general de la empresa hospitalaria los representantes de los 76.000 asociados que tiene el hospital ratificaron su decisión de instar una quiebra.

Pagarés y obligaciones

Narbona, pues, ha precipitado la quiebra del HGC para evitar que la situación fuese controlada por la comisión de seguimiento de la empresa. En esta comisión de seguimiento participan los grandes acreedores del HGC: la Seguridad Social (casi 4.000 millones); Hacienda (4.500 millones); el Instituto Catalán de Finanzas (avales por valor de 3.600 millones), y el grupo de empresas que suministran material hospitalario, con una deuda de unos 3.000 millones. Además, el HGC debe otros 2.000 millones correspondientes a pagarés y obligaciones suscritas por inversores privados que en los últimos años de la década de los setenta y en los primeros ochenta colaboraron en la construcción y puesta en marcha del imponente hospital. La comisión de seguimiento del HGC está siendo coordinada en los últimos meses por un representante de la empresa de material hospitalario General LAB, vinculada al grupo del empresario Carles Sumarroca.

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