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La Ertzaintza cree que Virginia Acebes pudo pasar cerca de 15 horas retenida por sus asesinos

Cerca de 15 horas pudo pasar Virginia Acebes, la universitaria de 19 años encontrada apuñalada en el monte Artxanda de Bilbao el pasado lunes, en manos de su asesino o asesinos. Las investigaciones parecen determinar que la joven llevaba 24 horas muerta cuando se halló el cadáver a la seis de la tarde de ese día. Virginia Acebes, que se había despedido de sus amigas en el Casco Viejo bilbaíno a las tres de la madrugada del domingo, recibió 53 navajazos en la zona del tórax, parte izquierda del abdomen y cuello y su cadáver presentaba restos de semen.

Los primeros resultados de la investigación abierta por el asesinato apuntan a que el crimen fue cometido al menos 24 horas antes de que un tío de la joven encontrase su cadáver. Ello induce a la Ertzaintza a pensar que Acebes, que estudiaba segundo de Empresariales en la facultad de la UPV en Sarriko, fue retenida por sus captores desde las tres de la madrugada del domingo, cuando se despidió de sus amigas para dirigirse caminando a su domicilio, en la bilbaína calle de Ollerías, hasta la tarde de ese mismo día.La Ertzaintza cree la joven pudo estar esas casi 15 horas en el vehículo en que fue trasladada hasta el monte Artxanda. Tampoco se descarta que los captores pudieran mantenerla escondida en algún caserío de los que se hallan desperdigados por la zona. El dispositivo policial de rastreo en busca de alguna pista se inició el domingo a mediodía, después de que un ertzaina fuera de servicio descubriese algunas prendas de la joven en una zona de ese monte.

La Ertzaintza investiga además si la estudiante se pudo marchar voluntariamente con quien resultaría ser el autor o autores del crimen. Los primeros datos conocidos tras la localización del cuerpo mostraron que la chica había sido apuñalada "con ensañamiento" con una navaja en tórax y cuello y que presentaba indicios de agresión sexual, dado que su cuerpo fue hallado semidesnudo y con los pantalones bajados.

A pesar de que el juez instructor decretó el secreto del sumario nada más localizarse el cadáver, ayer se confirmó que el número exacto de puñaladas ascendía a 53 y que también se encontraban en la parte izquierda del abdomen. Medios de la investigación creen que la herida del cuello era necesariamente mortal.

La línea de investigación de la Ertzaintza se inclina por que Acebes pudo aceptar el ofrecimiento de alguien que conocía para llevarla hasta su domicilio, sito a unos diez minutos a pie de la estación del metro en donde se despidió de sus amigas tras estar dando una vuelta por el Casco Viejo.

Un responsable de la investigación incidió ayer en que tampoco se descarta que la universitaria hubiera podido citarse con alguien sin que sus amigas lo supiesen. Esta posibilidad se contradice, sin embargo, con el perfil de joven formal y seria que han dibujado todos los que conocían a Acebes. Su tío José Luis, quien localizó su cuerpo, comentó horas antes del hallazgo que la muchacha tuvo novio hace algún tiempo, pero que actualmente sólo salía con sus amigas.

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Las primeras pesquisas policiales se han dirigido hacia el entorno de la estudiante. En la reconstrucción de los hechos, se ha empezado a tomar declaración a sus amigas, familiares y a otras personas cercanas. También se ha vuelto al escenario que pudo recorrer la víctima antes de toparse con su asesino o asesinos.

A pesar de considerar estas posibilidades como las de "más fundamento", la Ertzaintza tampoco ha abandonado la hipótesis de que la acción criminal fuera perpetrada por delincuentes comunes, por lo que se están investigando los permisos carcelarios concedidos el fin de semana pasado.

Unas 2.000 personas asistieron ayer a los funerales, que se celebraron en la Iglesia de la Encarnación de Bilbao. Desde horas antes, empezaron a llegar al lugar cientos de jóvenes, compañeros de la víctima, con decenas de ramos de flores. La parroquia, próxima al domicilio familiar, se quedó pronto pequeña para albergar a la multitud, muchos residentes en el barrio, que abarrotó también la plaza colindante al templo. En la homilía se leyó una nota del Obispado de Bilbao que mostraba su solidaridad con la familia. Sus amigas y compañeras expresaron su temor por "no poder andar por la calle con absoluta tranquilidad".

Desde hoy, otro juez se hace cargo del caso de manera interina, ya que el titular del Juzgado de Instrucción número 2, Fernando Grande Marlaska, lo abandonó ayer para pasar a presidir la Sección Sexta de la Audiencia Provincial.

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