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El Ayuntamiento prepara la creación de una gran zona de oficinas de 144.000 metros cuadrados en Poblenou

El Ayuntamiento de Barcelona prepara la creación de una gran zona de oficinas para romper el estrangulamiento que en este sector sufre la ciudad. El objetivo es recalificar una buena parte de lo que ahora es suelo industrial en Poblenou para que pase a zona de oficinas, con lo que surgiría una zona de nueva centralidad en la ciudad. Sólo en la primera fase saldrían al mercado de oficinas unos 144.000 metros cuadrados, aunque la cifra definitiva todavía está pendiente de aprobación. Sin embargo, ésta sólo sería la primera fase de un proyecto mucho más ambicioso. Según el plano que está preparando para el Ayuntamiento Barcelona Regional, hacen falta 1,5 millones de metros cuadrados de oficinas que han de salir de Poblenou.

La primera fase, que es la que está más cercana de aprobarse, afecta a diversas unidades de actuación situadas alrededor de la prolongación de la nueva Diagonal, en la zona comprendida entre Diagonal Mar y Espronceda, y transversalmente alrededor de las calles de Llull y Cristóbal de Moura.

El plan evidencia de nuevo el enfrentamiento entre los promotores inmobiliarios, que ya han tomado posiciones en la zona, como es el caso de Grupo Layetana y Habitat, y que pretenden impulsar proyectos de vivienda. Barcelona Regional reconoce la dificultad, pero no cierra la puerta a negociar con las zonas en que los propietarios ya han iniciado la construcción de complejos residenciales.

Barcelona Regional ha basado su proyecto es un estudio realizado por la firma Aguirre Newman. Según dicho informe, Barcelona tiene en este momento una capacidad de absorción de 190.000 metros cuadrados anuales. En cambio, sólo genera 80.000 metros cuadrados al año, lo que supone de hecho el estrangulamiento del mercado y la falta de oficinas de calidad para que nuevas empresas se instalen en la capital catalana.

Por tanto, la primera fase resultará claramente insuficiente para las necesidades de una ciudad que vive su cuarto año de crecimiento económico. El mercado es tan estrecho que los precios casi no pueden subir porque no se cierran operaciones.

Los últimos contratos cerrados, como el World Trade Center y el nuevo edificio de Colonial en Diagonal, se sitúan en 3.200 pesetas por metro al mes. Pero los precios no suben más porque, sencillamente, no hay producto.

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Con este panorama se producen paradojas como la de la reciente feria inmobiliaria Barcelona Meeting Point. El éxito de este encuentro se produce en una ciudad sin producto inmobiliario, donde incluso no ha sido extraño que diversos inversores extranjeros estuvieran buscando en vano proyectos donde invertir 50.000 millones de pesetas. Pero en Barcelona no ha podido ser: ni suelo, ni producto.

El problema se extiende incluso a los promotores de viviendas. Algunos de los que hace dos años desarrollaron proyectos residenciales en el paseo de Gràcia, ahora han tenido que desplazar sus operaciones a otras zonas, como Pamplona, porque se han disparado los precios en Barcelona.

La falta de suelo enfrenta los intereses de los agentes implicados respecto a Poblenou. El Ayuntamiento pretende impulsar diversos proyectos de oficinas porque en este momento numerosas multinacionales tienen problemas para instalarse en Barcelona. En cambio, los promotores quieren hacer viviendas en la ciudad porque consideran que es lo que demanda la población y lo que les proporciona más beneficio.

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