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La hipoteca del casino de La Vila Joiosa está sujeta a una cláusula de suspensión durante 18 meses

El casino de La Vila Joiosa fue adjudicado a la sociedad Casinos del Mediterráneo el pasado mes de abril después de un doble concurso administrativo y ejecutivo para conceder la licencia de explotación en paralelo a la subasta de sus bienes. El tipo de licitación se fijó en 2.317 millones de pesetas.La empresa adjudicataria, que preside Jesús Álamo, cabeza del grupo Acrismatic especializado en máquinas tragaperras, solicitó a Bancaixa un crédito hipotecario una vez anunciada la adjudicación del concurso por valor de 2.000 millones de pesetas. La hipoteca fue constituida antes de que Casinos del Mediterráneo fuera titular de la propiedad, de modo que incluye una denominada "clásula suspensiva".

Si Casinos del Mediterráneo no llegara a ser propietario de las dos fincas sobre las que se asienta la sala de juegos o la Comisión Técnica del Juego negara la posibilidad de establecer cargas sobre las propiedades del casino, la hipoteca no tendría efecto. La cláusula suspensiva mantiene su vigencia durante 18 meses.

Casinos del Mediterráneo es propietaria de la sala de juegos al haber satisfecho el precio solicitado el pasado 20 de mayo. La escritura de propiedad está registrada el 22 de julio. Pero para que la hipoteca sea definitiva debe contar con "las preceptivas autorizaciones administrativas", según recoge la certificación literal del registro de La Vila Joiosa que afecta a las fincas que albergan el casino. Las autorizaciones administrativas se refieren exclusivamente al permiso de la Comisión Técnica del Juego que fue solicitado hace un mes.

Fuentes bancarias explican que las hipotecas con cláusula suspensiva son relativamente frecuentes entre cierto tipo de clientes y se constituyen sobre "un derecho expectante de propiedad". Normalmente, el perceptor del crédito ofrece avales de otro tipo hasta que logra acceder a la propiedad en pleno derecho y salvar todas las exigencias administrativas. Tales avales no constan en la certificación literal que expide el registro de la propiedad.

La nota simple que emite el registro de La Vila Joiosa sobre la titularidad de las fincas tampoco recoge de oficio la mención a la cláusula suspensiva y sólo especifica que las fincas sobre las que se asienta la sala de juegos están hipotecadas a favor de Bancaixa.

Notas simples

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Sin embargo, la misma nota simple solicitada por representantes de la sociedad Casinos del Mediterráneo, sí recoge la clásula suspensiva de la hipoteca constituida sobre un derecho expectante de propiedad.

Fuentes jurídicas explican que, "en puridad", debe solicitarse un crédito puente antes de disfrutar de la propiedad de las fincas y las autorizaciones pertinentes, avalado por otro tipo de propiedades, para trasladar posteriormente las cargas correspondientes a las fincas del casino en una segunda operación. Los dos pasos requieren las correspondientes escrituras y exigen contar con procuradores, abogados y registradores en dos actos diferentes. Pero, para clientes que reciben un trato preferente, Bancaixa admite concentrar ambas operaciones en un solo acto jurídico, de modo que el beneficiario ahorra costes y trámites innecesarios.

Las condiciones del crédito concedido a Casinos del Mediterráneo son las habituales para un crédito hipotecario, según consta en la certificación literal del registro de la propiedad. Las dos fincas sobre las que se asienta el casino soportan una hipoteca de 2.000 millones de pesetas, la cantidad en la que fueron tasadas por la entidad financiera. Las mismas fincas habían sido tasadas por poco menos de 700 millones dos años antes por la Agencia Estatal de la Administración Tributaria.

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