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UGT protesta contra el Gobierno y CCOO por el pacto de funcionarios

La unidad de acción entre UGT y CCOO quedó ayer seriamente dañada en la manifestación que el sindicato ugetista promovió en rechazo a la subida salarial del 2% para los funcionarios. La protesta, en la que participaron miles de personas contra la decisión del Ejecutivo, se dirigió también contra Comisiones por haber avalado ese incremento (igual a la inflación prevista) para el 2000. En el mitin final, los dirigentes ugetistas criticaron duramente a los responsables de la otra central, y les acusaron de "mamporreros de un Gobierno conservador", "tontos útiles" y "traidores hacia los trabajadores".

La primera manifestación de carácter estatal que UGT convocaba en solitario en sus 11 años de unidad de acción con CCOO se convirtió en una batería de ataques contra esta central. Los ugetistas mostraban así su rechazo al pacto suscrito el mes pasado entre Comisiones, el Gobierno y la Confederación Independiente de Funcionarios (CSIF), y que recoge para el año 2000 una subida salarial del 2% (lo mismo que la inflación prevista), junto a un fondo de 13.000 millones de pesetas que se distribuirán por mejoras de la productividad y de los servicios públicos en la Administración central.La protesta se abrió a primera hora de la mañana con una manifestación iniciada ante la sede del Ministerio de Economía, en la plaza de Cuzco, hasta la plaza de Castilla. Posteriormente, con la presencia de delegados de los empleados públicos desplazados a Madrid desde todos los puntos de España, y el apoyo de dirigentes de la dirección y de federaciones de rama y territoriales, UGT logró llenar el Pabellón Deportivo del Real Madrid. Según sus cálculos, hubo 9.000 personas, aunque el aforo del local está en torno a las 5.000 personas.

"Mamporreros del PP"

En el mitin, las críticas que vertieron los dirigentes ugetistas a su hasta ahora "sindicato hermano" fueron muy duras. El responsable de la federación de enseñanza, Rafael Jerez, acusó a Comisiones Obreras -"el sindicato excomunista", le denominó con reiteración- de "haber descubierto una enorme voluntad negociadora" que le lleva a suscribir pactos "al margen de los contenidos". Asimismo le tildó de haber actuado como "mamporreros del Gobierno conservador del PP", y consideró inaceptable que un sindicato haya accedido a firmar en septiembre una subida del 2% sin cláusula de revisión, cuando el Gobierno había anunciado ya ese incremento el pasado mes de junio.

Julio Lacuerda, secretario general de la federación de servicios públicos, llegó a afirmar que "el Gobierno ha sustituido la negociación por un compadreo con CCOO y con CSIF", tras tres años de pérdidas de poder adquisitivo en los salarios de los empleados públicos, y aseguró que estaban a las puertas de un gran acuerdo, frustrado por la ductilidad de CCOO. El responsable madrileño de UGT, José Ricardo Martínez, utilizó un tono parecido en sus reproches a la otra central, que en su criterio "ha traicionado a los trabajadores avalando unos presupuestos antisociales", con un acuerdo que es "una barbaridad". La protesta en solitario de ayer la calificó como propia "del único sindicato de clase de este país".

El punto final lo puso el líder del sindicato, Cándido Méndez, con el mismo rechazo al citado pacto, aunque sin ataques a CCOO. Pidió a sus compañeros que expliquen el acuerdo a los funcionarios, pero que "no entren en descalificaciones a dirigentes sindicales que se han equivocado", porque no quiere dar "una doble satisfacción al Gobierno", y porque desea preservar la unidad de acción sindical.

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