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Austria, paralizada tras el triunfo de la ultraderecha

El canciller Klima no ve cómo podrá formar un Gobierno estable debido al gran avance de Haider

La transformación del panorama político tras las elecciones generales del pasado 3 de octubre en Austria ha paralizado la formación del nuevo Gobierno y no se prevé una solución a corto plazo. Convocar nuevas elecciones sería la peor de las alternativas, según opinión del canciller austriaco y jefe del Partido Socialdemócrata, SPOE, Viktor Klima.El único que se ha pronunciado a favor de una nueva convocatoria a las urnas ha sido el líder de la ultraderecha, Jörg Haider, porque confía en que aumentaría sus votos. El SPOE, primera fuerza política con el 33% de los votos, se ha quedado sin socios para formar coalición, porque su aliado en el Gobierno en los últimos 13 años, el Partido Popular (OEVP), ha preferido pasar a la oposición al quedar relegado al tercer lugar con sólo 415 votos de desventaja detrás del Partido Liberal (FPOE) de Haider, votado por el 27% de la población. Y con la ultraderecha, los socialdemócratas no quieren pactar bajo ninguna condición.

"Austria no está al borde del caos y la anarquía", dijo Viktor Klima en un intento de apaciguar la preocupación internacional causada por el auge de la extrema derecha en Austria. Hay estabilidad, pero no hay certidumbre. En régimen interino, la coalición gubernamental entre socialdemócratas y conservadores garantiza de momento la estabilidad, pero no hay fecha límite para la formación del nuevo Gobierno ni se sabe cómo será la constelación.

Aunque Austria no es una República presidencial, la figura clave en estos momentos es el jefe de Estado, que tiene un amplio poder al ser él quien determina qué partido asume la formación del nuevo Gobierno. Dada la falta de perspectiva, el presidente Thomas Klestil sólo ha logrado hasta ahora encargar al líder socialdemócrata Klima sondear la situación con conversaciones "con todos los demás partidos", o sea, sin excluir al FPOE.

Renovar la alianza

La voluntad de los socialdemócratas es persuadir a los conservadores para pactar una nueva alianza con el antiguo socio, o bien formar un Gobierno de minoría con mayorías parlamentarias para cada caso. Ninguno de los dos caminos promete gran establidad ni larga duración, según coinciden todos los analistas.

El viernes, el antiguo presidente austriaco Rudolf Kirchschläger, cuya opinión goza de gran reputación en el país, dijo que a largo plazo probablemente no será posible un Gobierno sin el FPOE. Pero añadió que habría que establecer mecanismos de seguridad "para no caer en un régimen dictatorial". Kirchschläger opinó que hay que prestar oídos a las voces propias y no al extranjero.

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El secretario de Estado esloveno Franco Juri advirtió que las relaciones entre Eslovenia y Austria peligran debido a la presión que ejerce Haider, ahora en calidad de jefe del Gobierno regional de Carintia. Como condición para el ingreso en la UE, Haider exige a Eslovenia que cierre la central atómica de Krsko, que reconozca la minoría austriaca en propio territorio y que cambie las leyes de "desnacionalización" y otros reglamentos fijados después de la II Guerra Mundial.Haider inculpó a la Internacional Socialista de tramar una conjura contra el FPOE.

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