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Oubiña estuvo en una comisaría horas antes de burlar el cerco policial

La policía tuvo ocasión de detener a Laureano Oubiña el pasado día 1, sólo unas horas antes de que el capo gallego lograra burlar el cerco establecido por las fuerzas de seguridad tras la captura en alta mar de un barco con 15 toneladas de hachís. Ese día Oubiña había acudido a la comisaría de Vilagarcía de Arousa (Pontevedra) a cumplir con su obligación de presentarse ante la autoridad cada dos semanas. Pero nadie avisó a la policía de la redada, en la que sólo participaron agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA). El presunto narcotraficante se encuentra ahora en busca y captura.

El delegado del Gobierno en Galicia, Juan Miguel Diz Guedes, confirmó ayer el rocambolesco episodio, revelado por el diario Faro de Vigo. "En operaciones tan complejas como ésa es habitual que se produzca algún desliz", explicó el representante gubernativo, "no sé si esta vez lo ha habido, en cualquier caso lo que es verdad es que la operación fue un exitazo. La perfección al 100% raramente se alcanza".Diz Guedes recordó que la redada fue dirigida desde la Audiencia Nacional -se encargó el juez Manuel García Castellón- y señaló que lo ocurrido no debe achacarse a un fallo de coordinación de las fuerzas de seguridad.

Antes de la última redada, sobre Oubiña pesaban varias acusaciones judiciales, entre ellas la de organizar, en 1997, el desembarco de seis toneladas de hachís en una playa próxima a Vigo, por la que la magistrada de la Audiencia Nacional, Teresa Palacios, le había impuesto la obligación de presentarse cada 15 días al juez o a la policía. Oubiña cumplió puntualmente con su obligación el pasado día 1: acudió a la comisaría de Vilagarcía a media mañana y estuvo dentro apenas unos minutos, según explicó ayer el subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Alejandro Millán.

Al mismo tiempo, el SVA se aprestaba a iniciar la llamada Operación Ocaso. A primera hora de la tarde, era detenido David Pérez, hijo del primer matrimonio de la esposa de Oubiña, Esther Lago, también arrestada poco después.

Pero el capo, que a mediodía incluso fue visto tomando vinos, logró escapar. El SVA reconoció que había rebajado la vigilancia a Oubiña para que éste no se percatase y se pudiese frustrar la captura del buque Regina Maris, que en ese momento se encontraba en aguas de Marruecos tras alijar 15 toneladas de hachís con destino al norte de la Península.

Cuatro años de cárcel

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Al día siguiente de la operación, cuando ya era evidente que Oubiña se había escabullido, el juez García Castellón dictó contra él una orden internacional de búsqueda y captura. Y también de ingreso en prisión ya que ese mismo día se conoció la sentencia de Audiencia Nacional que condena a Oubiña a cuatro años de prisión por narcotráfico.En contra de lo que suele ser habitual, el único cargo público que explicó la operación a los medios fue el secretario de Estado de Hacienda, Juan Costa, del que depende el SVA. Ningún representante del ministerio del Interior compareció con Costa en la rueda de prensa convocada en Madrid al día siguiente de la redada. Días después, el delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Gonzalo Robles, convocó una reunión de todos los cuerpos implicados en la lucha contra el narcotráfico para exhortarles sobre la necesidad de mejorar su coordinación.

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