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El Senado de EEUU vota hoy contra la política nuclear de Clinton

Aunque el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, no ha perdido la esperanza de lograr un aplazamiento -y así lo ha solicitado formalmente-, se da por seguro que el Senado votará esta noche en contra de la ratificación del acuerdo internacional que prohíbe las pruebas nucleares. Clinton ha desplegado a los pesos pesados de su Gobierno para tratar de convencer a los senadores de que un aplazamiento es la única manera de evitar el rechazo al acuerdo, que Clinton asume como un ridículo personal en su política exterior. La mayoría republicana insiste en que sólo aplazarán la votación si Clinton promete no volver a enviar el texto para su ratificación.Los senadores republicanos consideran que sancionar el Tratado de Prohibición Completa de Pruebas Nucleares pone en peligro la seguridad nacional. El ala más conservadora del partido sostiene que sin pruebas nucleares es imposible mantener al día la tecnología y el arsenal militar del país. Conscientes de que el voto está sólidamente inclinado hacia el rechazo a la ratificación del tratado, consejeros personales y ministros de Clinton todavía hacen gestiones para aplazar la votación de esta noche.

Con el paso de los años en el cargo, el presidente estadounidense ha convertido la no proliferación nuclear en una de las prioridades de su estrategia internacional. Su mensaje al Senado es que el rechazo a la ratificación del acuerdo sentaría un mal ejemplo para el resto del mundo y contribuiría a un hipotético rearme nuclear.

Un mal mensaje

El secretario de Defensa, William Cohen, republicano en un Gobierno demócrata, aseguró en la NBC: "EEUU está a punto de lanzar un mensaje al resto del mundo, y es que no somos tan serios como deberíamos en el control de la propagación de armas nucleares". Junto a Cohen estaba Henry Shelton, el militar de más alto rango en el Ejército de EEUU: "Si la seguridad nacional se viera dañada de alguna forma, los jefes del Estado Mayor nunca habrían recomendado la ratificación de este tratado".La secretaria de Estado, Madeleine Albright, declaró a la ABC que EEUU necesita "una herramienta para prevenir que otros países hagan pruebas nucleares". "Pensamos que tenemos un arsenal suficiente", aseguró. Sandy Berger, el consejero de Seguridad Nacional, explicó en la CNN que la ratificación del tratado "haría que Rusia y China también lo ratifiquen y conviertan en permanente su moratoria voluntaria actual sobre pruebas nucleares".

Los demócratas y contados republicanos que apoyan la ratificación saben que para conseguir los dos tercios de los votos de la Cámara (67 senadores) necesitarían entre 15 y 20 votos más de los que tienen. Sin embargo, un mecanismo parlamentario permite el aplazamiento de la votación con una mayoría simple, para la que sólo requieren 6 votos más; dado que al menos 3 senadores republicanos parecen inclinados por esta opción, sólo haría falta convencer a tres más de que es mejor volver a negociar que rechazar el tratado.

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