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18 éxitos sonados en un año mágico

Nunca el deporte español había completado una temporada tan brillante en competiciones del máximo nivel

La medalla de oro lograda por Óscar Freire en el Mundial de ciclismo estiró un poco más un año formidable en el deporte español: ya van 18 éxitos sonados en una temporada mágica, diez títulos mundiales y otros ocho triunfos de primerísima magnitud. Como la irrupción de Yago Lamela, de 21 años, medalla de plata en los Mundiales de atletismo y récord de Europa de salto de longitud con 8,56 metros. Como la de Sergio García, el golfista que, a sus 19 años, es capaz de emular a Tiger Woods y ganar, además, el Masters de Alemania y el Abierto de Irlanda, ser segundo del Open de la PGA, ser el mejor jugador de la Ryder Cup y adjudicarse la Copa Dunhill, mundial oficioso, con Miguel Ángel Jiménez y Txema Olazábal, quien, a su vez, ganó el Masters de Augusta.Hay más. Sin haber sido éste el año del tenis español, Carles Moyà ocupó, durante dos semanas, el primer puesto de la clasificación mundial, algo que tan sólo había logrado, en categoría femenina, Arantxa Sánchez Vicario. Este fin de semana ha quedado también visto para sentencia el Mundial de motociclismo en su categoría reina. Sólo seis puntos, un décimo puesto, en cualquiera de los dos grandes premios que restan, separan a Àlex Crivillé, de 29 años, de un título jamás antes alcanzado por un piloto español. Títulos logrados, títulos por llegar y títulos como los obtenidos por Abel Antón, de 36 años, y Niurka Montalvo, de 31, en las pruebas de maratón y salto de longitud durante los Mundiales. Y en ciclismo, además de Freire, el joven Iván Gutiérrez se llevó la medalla de oro en el Mundial contrarreloj sub 23.

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El deporte español empieza a tener de todo: calidad y cantidad. España ha quintuplicado su número de medallistas en diferentes campeonatos internacionales esta década y ha multiplicado sus medallas olímpicas: 26 en las ediciones disputadas hasta 1992 y 39 entre Barcelona 92 y Atlanta 96. La buena salud de los deportes colectivos no tiene precedentes: el baloncesto se ha recuperado espectacularmente con la medalla de plata en el Europeo, el fútbol transmite magníficas vibraciones por la forma en que se ha clasificado para la próxima Eurocopa, el waterpolo está presto para defender el título olímpico después de su tercer puesto en la Copa del Mundo, la gimnasia ha clasificado por vez primera a los dos equipos, masculino y femenino, para los Juegos Olímpicos, el balonmano -cuarto en el Mundial-, al igual que el hockey sobre hierba, ya considera una frustración no quedar en el podio, y el voleibol -quinto este año en la Copa del Mundo- está ya muy cerca de dar el gran salto. Mientras, el rugby, a pesar de que está lejos de la élite, saca cabeza por lo menos y disputa por vez primera una Copa del Mundo. España ya ha logrado clasificar para los Juegos Olímpicos a siete deportes por equipos: baloncesto, balonmano, gimnasia artística masculina y femenina, gimnasia rítmica, hípica y waterpolo. En otras cuatro especialidades está a la espera de disputar los torneos de clasificación, caso del fútbol, el hockey hierba masculino y femenino y el voleibol masculino.

Y quienes siguen la estela, prometen tanto o más de lo mismo. Ahí están los títulos obtenidos por España en el Mundial júnior de baloncesto, en el Mundial Sub20 de fútbol o las ocho medallas, tres de oro, en los Campeonatos de Europa Sub23 de atletismo.

La receta "premios por resultados" es el secreto de los éxitos de los últimos años. Ésa es al menos la explicación que dan los responsables de las instituciones deportivas. "Claramente hay un antes y un después del plan ADO, creado para intentar mejorar las posibilidades de nuestros atletas en los Juegos de Barcelona", asegura Eugenio López, director general del Consejo Superior de Deportes (CSD), del que depende directamente este proyecto. Fue Javier Gómez Navarro, entonces secretario de Estado para el Deporte, y el fallecido Carlos Ferrer Salat, presidente del Comité Olímpico Español, los que diseñaron el plan ADO, en el que involucraron a una docena de empresas que se convirtieron en patrocinadores de las diferentes especialidades olímpicas. "Nuestras becas van directamente dirigidas a los atletas que tienen resultados", explica Eugenio López. "Y en eso actuamos por unas pautas muy concretas. Si hay marcas, hay dinero".

Hasta los Juegos de Barcelona sólo los regatistas José Manuel Abascal, Miguel Noger, Roberto Molina y Luis Doreste, junto con el marqués de los Trujillos, en hípica, eran los únicos deportistas españoles que habían logrado medalla de oro en unos Juegos de verano. En los de invierno tan sólo se contabilizaba la medalla de Francisco Fernández Ochoa en Saporo. El plan ADO disparó a partir de 1992 los objetivos del deporte español, que se beneficia también del apoyo que se presta a los entrenadores y de los centros de tecnificación. Para el año 2000 saldrán de los presupuestos generales del Estado algo más de 600 millones de pesetas más que en 1999, lo que sitúa el dinero destinado al deporte en 9.000 millones de pesetas.

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