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El oro vuelve a brillar

La decisión de los bancos centrales europeos de limitar las ventas de sus reservas hace subir el precio del oro casi 50 dólares en cinco meses

Fernando Gualdoni

El precio del oro subió desde los aproximadamente 275 dólares por onza Troy (unas 42.900 pesetas) -el más bajo de los últimos 18 años- a 323, según la cotización del viernes pasado, entre finales de mayo y este mes, después de haber permanecido durante un año en mínimos. La mayor parte de este aumento de casi 50 dólares se produjo en las últimas semanas y la tendencia, según la previsiones de expertos como George Milling-Stanley, analista jefe del Consejo Mundial del Oro (WGC, según sus siglas en inglés) es indudablemente al alza, teniendo en cuenta los factores positivos sobre los que se sustenta.La recuperación del precio del oro comenzó sin prisa y sin pausa a finales de 1998, pero no fue hasta el segundo trimestre de este año cuando dio el gran salto. Entre marzo y junio pasados, la demanda del metal más precioso creció un 16% con respecto al mismo trimestre de 1998, el mayor aumento interanual registrado jamás, según el WGC. No obstante, cabe recordar que en el segundo trimestre de 1998, la demanda mundial de oro era negativa. En el primer semestre, la demanda de oro creció un 31% sobre los mismos meses de 1998.,

El crecimiento paulatino de la demanda de oro, se produjo simultáneamente con el aumento del precio de otras materias primas como el del petróleo, que se elevó más de 12 dólares en lo que va de año, y el del aluminio y del cobre, que también han mostrado signos de recuperación en los últimos meses. El retorno de la estabilidad de los precios de la materias primas, se produjo a su vez en el contexto de la ligera recuperación de las economías asiáticas, las que en conjunto más demandan oro, petróleo y cobre, la estabilización de las economías europeas y el mantenimiento de la estadounidense.

Decisiones clave

No obstante, la clave del vertiginoso alza del precio del oro fueron dos iniciativas, casi simultáneas, a finales de septiembre, del Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Ambos organismos han jugando un importante papel en el debilitamiento y en la actual recuperación del precio del oro.El 22 de septiembre pasado, el FMI decidió que la venta de oro de sus reservas en el mercado podía no ser el único modo de financiar el alivio de la deuda externa de los países más pobres y endeudados. Para este fin, el Fondo había previsto vender unas 311 toneladas de oro.

¿Por qué el Fondo se echó atrás? Porque el Congreso de EEUU frenó la iniciativa. Mucho antes de que la propuesta llegase a votarse a mediados de este año, la mayoría republicana en la Cámara Baja estadounidense se opuso a ella. Incluso algunos legisladores demócratas también la rechazaron a pesar de que contaba con el apoyo del propio presidente Bill Clinton y del ex secretario del Tesoro, Robert Rubin. Añadido esto, la propuesta del FMI fue objeto de fuertes críticas de los productores y poseedores de oro de todo el mundo, fundamentalmente desde las grandes compañías mineras canadienses, surafricanas y australianas.

Para compensar el compromiso que el Fondo había asumido con los países más endeudados, trazó un plan de ayuda financiera que, además de contemplar los instrumentos más utilizados de alivio de deuda (concesión de créditos blandos para cubrir préstamos anteriores impagos, renegociación de intereses o de plazos), prevé la venta, fuera del mercado, de 14 millones de onzas de oro. ¿Una contradicción del FMI? No.

Lo que hará el Fondo es vender el oro a algún banco central de alguno de sus países miembros a precio de mercado. El dinero que el organismo perciba por la venta lo depositará en una cuenta especial destinada a algún modo de alivio de la deuda de los países pobres más endeudados. Posteriormente, el FMI recomprará el oro y lo reincorporará a sus reservas. La jugada le sale más cara el Fondo pero evita que 14 millones de onzas de oro entren en el mercado, lo que sería perjudicial para su precio, y calma los ánimos del Congreso de EEUU, puesto que las reservas del FMI seguirán siendo las mismas tras la recompra, unas 3.217 toneladas, lo que equivale al 9,6% de las existencias mundiales.

Cinco días después de que el FMI anunciara su decisión, el presidente del BCE, el holandés Wim Duisemberg, arrancó un segundo suspiro de alivio a los productores de oro. Durante su visita a Washington para asistir a la Asamblea del Fondo Monetario, Duisemberg anunció que en la víspera de su llegada a EEUU el consejo del banco que él preside había dictado una moratoria de cinco años sobre nuevas ventas de oro de sus reservas y, al mismo tiempo, que los once bancos centrales de la zona euro más los de el Reino Unido, Suiza y Suecia, había acordado limitar las ventas de sus reservas de oro a un máximo de 2.000 toneladas durante los próximos cinco años. Ninguna de estas ventas se realizará en el mercado abierto, lo que aumenta el efecto tranquilizador sobre los productores. Al adoptar esta decisión, los potenciales vendedores ocultan a la mayoría de los inversores el dato de cuándo y qué cantidad ha entrado al mercado. La operación termina por salir a la luz, pero con suficiente retraso como para no tener impacto alguno en el precio del metal. A ello se añade que la mayoría de los bancos centrales del mundo nunca informan si realizan una venta de parte de sus reservas, y, si lo hacen, es con dilación.

El BCE posee 747 toneladas de oro, un 2% del total mundial y los 14 bancos que suscribieron el acuerdo tienen en su poder el 45% de las reservas del mundo, un total de 15.251 toneladas de oro. Junto a este pacto, el WGC recuerda que también EEUU, Japón y el Banco Internacional de Pagos, que reúnen 9.092 toneladas de oro en reservas, un 30% del mundo, tampoco planean vender.

Freno al impacto suizo

El tope previsto en el acuerdo europeo incluye las 1.300 toneladas que el banco central suizo tenía previsto vender a medio plazo y frena la posibilidad de que algún banco central europeo imite la iniciativa adoptada por el Tesoro británico, el pasado 7 de mayo, cuando decidió vender 415 toneladas de oro de sus reservas en cinco subastas, de las cuales ya realizó dos. Los planes suizo y británico, e incluso el del FMI, se levantaron como una fuerte amenaza para el valor del oro. Por lógica de mercado, el aumento de la oferta de oro, procedente de las ventas de los bancos centrales, repercute negativamente en el precio del oro. Pero más perjudicial aún, es el efecto sicológico sobre los inversores de que los grandes bancos se deshagan del metal más precioso, símbolo de la riqueza y la prosperidad durante más de 2.000 años. Ese efecto comienza ahora a difuminarse poco a poco.

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Sobre la firma

Fernando Gualdoni
Redactor jefe de Suplementos Especiales, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS como redactor de Economía, jefe de sección de Internacional y redactor jefe de Negocios. Es abogado por la Universidad de Buenos Aires, analista de Inteligencia por la UC3M/URJ y cursó el Máster de EL PAÍS y el programa de desarrollo directivo de IESE.

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