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Médico, anarquista y hombre de acción

El último premio Nobel de Literatura, el alemán Günter Grass, se hacía la siguiente reflexión en un reciente artículo: existe la tendencia a reprimir el pasado, o a olvidarlo. Es un error en ambos casos porque las generaciones nuevas preguntarán en voz alta por lo sucedido. El sindicato CGT ha recordado esta idea de Grass para recuperar la figura de Pedro Vallina (1879-1970), un médico anarquista sevillano que llevó una vida llena de peripecias y centrada en ayudar a los demás. La CGT ha convocado para los próximos viernes y sábado un homenaje a Vallina. Los actos se celebrarán en la Secretaría de Formación de la CGT, en la calle de Alfonso XII de Sevilla. "Pedro Vallina es un hombre castigado por el olvido. Han puesto una losa inmensa en lo alto para que no se hable de él en Sevilla", explicó ayer Cecilio Gordillo, responsable de la comisión sindical que ha organizado el homenaje. El secretario general de la CGT andaluza, Pepe García Rey, encuadró el homenaje en una iniciativa más amplia: el Banco Audiovisual para la Historia Social de Andalucía. La CGT quiere crear un banco de imágenes que impida la desaparición de la memoria de miles de personas. "Se están muriendo gentes que son anónimas. Ninguna cámara de televisión recoge su parecer, sus vivencias. El Banco Audiovisual para la Historia Social de Andalucía está hecho para reescribir la historia, para que la historia no la hagan los poderosos", comentó García Rey. "¿Y qué mejor que recuperar la memoria de un paisano nuestro, Pedro Vallina, un médico libertario que hoy se diría polifacético?", se preguntó García Rey. En efecto, los 90 años que vivió Vallina fueron insuficientes para desarrollar su incansable actividad. Vallina fue uno de los promotores del congreso pacifista que se opuso a que los trabajadores de distintos países europeos se matarán entre sí en la I Guerra Mundial. Con todo, este odio a las armas no fue óbice para que, en su juventud, intentara matar a Alfonso XIII. Vallina fue también un adelantado del higienismo y la medicina preventiva. Luchó por lograr una mayor salubridad en los patios de vecinos. Ésta era, a su juicio, la forma más eficaz de erradicar la tuberculosis. Vallina combatió asimismo las corridas de toros. Creó tal conciencia entre muchas personas que una peña taurina decidió disolverse. Su capacidad de trabajo y energía fueron tan extremas que no encontró tiempo hasta los 88 años para escribir sus memorias. Lo hizo a instancias de un amigo suyo, que temía que la inactividad le fuera fatal. Vallina escribió en México, donde vivía exiliado desde 1939, los dos tomos de sus memorias. El libro -Mis memorias- fue publicado en Caracas en 1970 y en México en 1971. En España hay muy pocos ejemplares de esta obra. Precisamente, uno de los actos del homenaje a Vallina consistirá en un maratón de voluntarios que se encargarán de transcribir el libro en un ordenador para, posteriormente, editarlo. Habrá también coloquios con los historiadores Antonio Miguel Bernal y José Luis Gutiérrez, el adjunto al Defensor del Pueblo Andaluz, Sebastián de la Obra, y el escritor Vicente Tortajada, que rastrea las huellas de Vallina en su novela Flor de cananas. Varios miembros de la familia de Vallina estarán en el homenaje. A pesar de una vida tan intensa, Vallina es casi un desconocido en Sevilla. García Rey lo atribuye a que "en esta ciudad lleva mucho tiempo mandando la misma gente". El homenaje a Vallina es una buena ocasión para acabar con este olvido.

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