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LA CRISIS DE TIMOR

Indonesia advierte del peligro de actos de violencia contra las tropas australianas

Yakarta acepta la resolución de Naciones Unidas sobre Timor Oriental, e incluso el hecho de que Australia encabece esa fuerza de pacificación. No obstante, un asesor del presidente Yusuf Habibie advirtió ayer de que "no hay que descartar" la posibilidad de ataques de las milicias contra esas tropas. Las primeras reacciones, tanto de civiles como de militares en Indonesia, han reiterado que habría sido mejor para todos haber evitado la presencia de Australia. Para los independentistas timorenses, la ONU ha cometido un gravísimo error al permitir que las tropas indonesias desempeñen un papel en el futuro.

La advertencia formulada por el asesor presidencial Dewi Fortuna Anwar muestra un estado de ánimo en el Gobierno indonesio. El ministro de Información, Yunus Yosfia, más cauto y diplomático, dijo ayer que su país "daba la bienvenida a la presencia de Australia en esa fuerza, pues ningún país es enemigo". El portavoz del Ejército indonesio, el general Sudradjat, garantizó que las Fuerzas Armadas respetarán la decisión de la ONU, pero precisó que su institución hubiera preferido que esas tropas de paz no estuviesen encabezadas por Australia, sino por un país asiático. El militar calificó de "insensata" la posibilidad de que el Ejército indonesio procediese a una retirada inmediata de Timor, pues, a su juicio, "hay que evitar un vacío en la seguridad del territorio".El general Sundradjat explicó que Timor Oriental dejará de pertenecer a Indonesia en noviembre, cuando el nuevo Parlamento acepte y ratifique los resultados del referéndum, que rechazó por una aplastante mayoría (78,5%) la autonomía especial propuesta por Yakarta.

El portavoz de los militares considera que la población indonesia "no debe reaccionar emotivamente a la separación de Timor Oriental y tiene que actuar racionalmente para dar una buena impresión a la comunidad internacional".

En el mismo sentido se expresó el ministro de Exteriores, Ali Alatas, quien explicó que la llegada de la fuerza internacional de paz "no debe exacerbar los problemas que ya existen en el terreno". Alatas advirtió de que los países del sureste asiático deben integrar la fuerza de interposición, "dado que tienen una mejor noción de las dificultades de la misión y los problemas en el territorio", lo que también se interpreta como una advertencia a Australia.

Esa misma resolución, adoptada en la madrugada de ayer por el Consejo de Seguridad, no gusta a los independentistas timorenses. La califican como "un nuevo error" de los negociadores, que han permitido la presencia de las tropas de Yakarta en el territorio y conservar el "mando unificado" de la seguridad.

El ex gobernador de Timor Oriental durante 10 años Mario Carrascalao alertó sobre "el desequilibrio" entre la fuerza de paz, que no contará con más de 7.000 hombres, y los 20.000 soldados indonesios que aún permanecen allí. "Si no se toman medidas que equilibren la situación", dijo Carrascalao a la agencia de noticias portuguesa Lusa, "correremos graves riesgos de que se repitan nuevos problemas". Carrascalao calificó de "impensable que las tropas indonesias puedan actuar como una fuerza de paz", y defendió la "urgente eliminación de las bases de las milicias" que se están concentrando en la frontera con el oeste del territorio.

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Las autoridades australianas detuvieron ayer en Darwin a cinco miembros de esas milicias que se habían infiltrado entre un grupo de refugiados en la sede de la ONU en Dili y que fueron evacuados el martes a Darwin.

Muchísimo más duro se mostró el dirigente timorense y premio Nobel de la Paz 1996, José Ramos-Horta, que aseguró que la presencia del Ejército indonesio entre las fuerzas de paz de Naciones Unidas es "un insulto al pueblo de Timor Oriental". "Incluir", dijo, "a las tropas de Yakarta entre esa fuerza sería como poner al Ejército nazi a colaborar con las tropas aliadas", dijo el dirigente.

Gusmão pide cambios

A juicio de Ramos-Horta, el Ejército indonesio provocará nuevos problemas en el territorio e impedirá la acción estabilizadora de las fuerzas de paz. El líder de la resistencia, Xanana Gusmão, siempre más moderado que sus subordinados, pidió a las autoridades de Yakarta que sustituya a los militares que se encuentran en el territorio, a juicio de todos los observadores, como responsables de las matanzas y la destrucción completa del territorio.

Por otro lado, un dirigente de las milicias prointegracionistas huido a Macao aseguró ayer que más de 2.000 timorenses fueron lanzados al mar por fuerzas del Ejército y devorados posteriormente por los tiburones, según publicaba ayer el diario Macao Hoje. El periódico explica que Francisco Domingues "acompañó una expedición de la Armada que transportó a unos 120 timorenses hasta una zona plagada de tiburones donde sus cuerpos fueron devorados por los animales".

El miembro de las milicias se quedó "horrorizado" por esas acciones, que, al parecer, se repitieron y logró abandonar el territorio. Ramos-Horta explicó que muchos timorenses fueron lanzados al mar desde helicópteros del Ejército para "no dejar rastros de fosas comunes que puedan ser usadas como pruebas en los crímenes cometidos".

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