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El juez del 'caso Brouard' ordena la detención de Sancristóbal y Masa

El juez del caso Brouard ordenó en la noche de ayer la detención del ex director de la Seguridad del Estado, Julián Sancristóbal, y del coronel de la Guardia Civil Rafael Masa después de que Luis Morcillo, procesado en esta causa como autor del asesinato del dirigente de HB, implicara a ambos en la organización del crimen. La fiscal y las acusaciones particulares adelantaron que pedirán hoy prisión para ambos. Morcillo quedó en libertad.

Morcillo, quien negó de nuevo haber participado en el atentado, explicó ayer que se había decidido a colaborar ahora con la justicia porque le habían dejado "tirado como un perro" y porque las promesas de que le iban a conseguir la libertad no se habían materializado. Morcillo aseguró que en diciembre de 1982 Masa y Sancristóbal -cuando eran gobernador civil de Vizcaya y capitan del instituto armado, respectivamente- le visitaron en la prisión de Carabanchel y le propusieron participar en lo que luego se conoció como los GAL. Previamente, Masa había recomendado a Morcillo al entonces gobernador civil de Vizcaya porque era un hombre "capaz, valiente, trabajador y al que gustaba el dinero", según declaró Morcillo.

Según su relato, tras aquella reunión en la prisión madrileña y al salir de la cárcel, Masa le dio dos millones para organizar un grupo de mercenarios al que se dotó de información con fichas (fotos y direcciones) de residentes de ETA en el sur de Francia. La dirección del grupo se la encargaron a Miguel Angel López Ocaña, hermano de Rafael, condenado en 1993 como coautor del atentado.

Tras el crimen, Masa le volvió a llamar, una vez cometido el asesinato, Masa le llamó para que entregarle siete millones y medio destinados al grupo de Miguel Angel López Ocaña como pago por el crimen. Morcillo dijo que su relación fu de intermediario, en concreto con Miguel Ángel López Ocaña, hermano de Rafael, condenado a 33 años de prisión como coautor del asesinato. Nunca supo quiénes fueron los autores materiales y aseguró que el "contacto directo" con los asesinos lo tuvieron Masa o Sancristóbal.

Tras su larga declaración -de seis horas-, el juez ordenó la libertad provisional sin fianza de Morcillo de ayer y ha convocado para hoy al mediodía a Masa y Sancristóbal para que declaren sobre lo revelado ayer por el industrial granadino. Tanto la fiscal, como las dos acusaciones particulares -Txema Montero y Emilio Rodríguez Menéndez- adelantaron ayer que pedirán la prisión de ambos ante el riesgo real de huida.

La figura de Luis Morcillo Pinillos ha sido crucial en la reapertura del sumario por el asesinato del dirigente independentista vasco, ocurrido el 20 de noviembre de 1984. Su detención en el verano de 1997, bajo la acusación de narcotráfico, permitió que la justicia investigara de nuevo el asesinato que conmocionó a la sociedad vasca en los años 80. En todas las comparecencias que había realizado hasta ahora ante el juez instructor del caso había preferido guardar silencio, negar cualquier relación con el atentado y encubrir así a los inductores y organizadores del crimen. De hecho, en su declaración de ayer no nombró a Masa al principio, sino que se refirió a un tal José Ramón, aunque tras un receso rectificó y reveló la identidad real.

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Esta actitud le libró de la cárcel en un principio. Pero, la Audiencia de Bilbao ordenó su prisión en junio de 1998 al entender que había "indicios de su participación" en la comisión del delito y recordar que Morcillo había eludido la acción de la justicia al abandonar España en las navidades de 1987 cuando comenzaban a trascender datos sobre su implicación en el asesinato del doctor Brouard. Sobre este extremo ayer reconoció que Masa le facilitó 15.000 dólares para huir de España a través de Lisboa a Sudámerica con su pasaporte y que pluego él mismo falsificó uno en Colombia a nombre de Luis González de Córdoba. En su periplo sudamericano permaneció en Venezuela Santa Fé de Bogota, Santiago de Chile, Buenos Aires y de nuevo en Bogota.

Tras pagar una fianza de dos millones recuperó la libertad, pero el 10 de marzo de este año volvió a prisión tras dictar el juez instructor un auto en el que se le señalaba como uno de los dos mercenarios que subió a la consulta del doctor Brouard para asesinarle.

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