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ALCALÁ DE HENARES

Cogida grave de Jesús Romero

El segundo toro cogió de gravedad a Jesús Romero. Fue noble y muy flojo, como sería toda la corrida. Romero lo había recibido de capote por verónicas, en las que hubo ajuste, se embraguetó muy de verdad e imprimió hondura, y una media verónica abelmontada, el capote liado a la cintura, que calentaron los tendidos, expectantes ante el torero madrileño, criado en Alcalá. Al conseguir media estocada, en la que se volcó, se produjo la cogida. Salió Jesús Romero prendido por la taleguilla, y con ésta destrozada. Le hicieron el quite, volvió a perfilarse ante el burel y le dio un estoconazo. Paseó la oreja que le concedieron por el ruedo y pasó a la enfermería. Había realizado una faena de muleta, era su primer toro, pendiente de las fuerzas del astado, compuesto y elegante. Estilo clásico, donaire e imaginación para adornarse, afán de hacer las cosas despacio y con torería.

Rojas / Bote, Romero, Ortés

Toros de Gabriel Rojas, bien presentados, muy flojos, alguno sospechoso de pitones; nobles.José Luis Bote: dos pinchazos y estocada casi entera (ovación); pinchazo y estocada (oreja). Jesús Romero: media estocada saliendo prendido y estocada (oreja); tres pinchazos, bajonazo, descabello -aviso- y descabello (palmas). Regino Ortés: pinchazo y estocada desprendida (vuelta); estocada atravesada caída (oreja). Enfemería: Jesús Romero fue asistido de herida de 15 centímetros en la zona isquio rectal; pronóstico grave. Plaza de Alcalá de Henares, 5 de septiembre. 5ª y última corrida de feria. Un tercio de entrada.

Jesús Romero salió a torear a su segundo toro, lo que hizo en sexto lugar, tras ser intervenido con anestesia local, con unos pantalones de mososabio. Lo saludó a base de dos largas cambiadas de rodillas, verónicas valentonas y una media de rodillas en el platillo.En el tercio de muleta porfió ante el manso, tardo y reservón, y le dio pasaporte después de varios intentos de espada y verduguillo.

Lo más destacado de la tarde sucedió por mor de las muñecas toreras de José Luis Bote. Quien en su primero, soso y muy parado, se trabajó unas series mínimas de derechazos, a un toro de escasos alientos.

Ocurrió en el cuarto, noble y, en fin, muy blando, y fue en el último tramo de la faena. Después de mimar y buscarle la distancia al toro en cuestión. Dos series de naturales cadenciosos, acompañados en el remate de cintura, el pase de pecho con ese barrer el lomo del burel. Qué regusto, cuánta calidad. Y qué pena de fuerzas del toro, ante tan excelso correr la mano que acariciaba la embestida.

Regino Ortés hizo de enfermero ante su primero, al que saludó rodillas en tierra y de una larga cambiada como carta de presentación. Ya en el tercio de muleta sólo pudo apuntar algún suave muletazo al inválido claudicante. En su segundo, sin embargo, Regino Ortés pudo interpretar el toreo a la verónica, en el saludo, de impecable factura, buen juego de brazos y remate en la cadera. Y dos medias de ritmo lento para cerrar la serie y la obra. En el turno de muleta toreó por el pitón derecho entonado, y por el izquierdo más centrado. Bien plantado y en la búsqueda del toreo de empaque y temple

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