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Arron corre y Jones vuela

La estadounidense respondió a la francesa con una marca sensacional (10,76 segundos) en su serie

Santiago Segurola

Mensajes cruzados en la recta: la francesa Christine Arron envió uno en las series de la mañana y Marion Jones le respondió con acuse de recibo por la tarde. La estadounidense corrió la segunda ronda en 10,76 segundos, marca sensacional que no deja dudas sobre su hegemonía. "Sé que tenía esta marca dentro de mí", dijo la estadounidense, "sólo era cuestión de tiempo que llegara". Arron, que parecía la única en condiciones de comprometer a Jones, terminó el día con dudas, lo peor que puede sucederle. Se trata de una atleta excelente, la mejor en la cuestión técnica, pero con una cierta tendencia a la duda. Todavía no ha conseguido vencer a Jones y ahora se encuentra con un muro todavía mayor. En la mejor segunda ronda de la historia, la campeona del mundo hizo 10,76, la griega Thanou batió su marca personal con 10,86 y la estadounidense Inger Miller consiguió este mismo registro en su serie.No parecen las mejores noticias para Arron, cuya espléndida demostración por la mañana (11.10s) no se vio confirmada por la tarde. Fue la más lenta (11.00s) entre todas las ganadoras y ahora se encuentra con varias preguntas por resolver.

Jones resolvió satisfactoriamente su ajetreado día. Corrió, saltó (técnicamente mal, como casi siempre) y volvió a la pista por la tarde. Cerró la jornada a lo grande, con una demostración de poder que resultó sorprendente por temprana. Es ley en los Mundiales que los velocistas se tapen frente a sus rivales, que entren en juegos equívocos sobre el estado de cada cual. Por eso sorprendieron los tiempos de la segunda ronda, y especialmente el registro de Jones. Sólo en seis ocasiones ha corrido más deprisa que en Sevilla, dato que obliga a pensar en el margen de progresión de una atleta que sólo cuenta con 23 años y que sólo ha dedicado tres temporadas a perfeccionarse como velocista. Aunque el récord de Florence Griffith (10,49 segundos) se antoja inaccesible por el momento, no hay otra más que Jones capaz de acercarse a los límites que marcó la fallecida campeona estadounidense.

Por la mañana Arron dio un curso de técnica. Sin la potencia de Jones, con una salida mejorable cien por cien, corrió con una soltura que sólo está al alcance de las atletas que manejan prefectamente los conceptos técnicos. Lanzaba el pie hacia adelante y con él pegaba bocados secos, mientras sus rodillas se levantaban altas, en un ejercicio de manual.

Arron se había quejado en la víspera de algún tipo de connivencia de la IAAF con ciertos atletas. Se refería, por supuesto, al asunto del dopaje. Acusaciones severas que provocaron perplejidad en los corrillos. El mensaje de Arron viene a decir que si no compite con frecuencia en las reuniones de verano es porque le resulta imposible. "No hay físico que lo aguante". Físico limpio de sustancias prohibidas, dio a entender. Pero en la final de hoy ya no valdrán las palabras.

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