_
_
_
_
_

Elliott, con un riñón de su hermano

El alero de los Spurs, de la NBA, recibió el trasplante para superar una enfermedad degenerativa

El alero Sean Elliott, de 31 años, jugador de los Spurs de San Antonio, actual campeón de la NBA, superó ayer con éxito el trasplante de un riñón, donado por su hermano Noel. "El riñón funciona muy bien", manifestó el doctor Francis Wright, el médico responsable de los especialistas que realizaron la operación quirúrgica en el Hospital Metodista de San Antonio, un centro especializado en trasplantes. El doctor Wright añadió: "Sean no ha tenido problema alguno, como tampoco su hermano Noel". Elliott, exjugador de la Universidad estadounidense de Arizona, después de pasar por la sala de cuidados intensivos, fue trasladado a una habitación.

Futuro incierto

El generoso donante fue su propio hermano, Noel Elliot, que pudo hacerle semejante "regalo", como lo definió el cirujano encargado de la operación, después de que se confirmase la compatibilidad del órgano. Noel, de 32 años, fue explícito: "Mi hermano siempre ha estado ahí para mí, y yo siempre estaré para él".Tras el éxito de la intervención, los médicos no descartaron que el alero pueda volver a las canchas este año pero su futuro como profesional no podrá ser determinado hasta dentro de dos o tres meses. Elliot, sin embargo, hasta este momento no se ha pronunciado sobre lo que piensa hacer.

Elliott, de 31 años, ha jugado los últimos cinco años con una enfermedad de riñón que le fue diagnosticada en 1994, cuando quiso ser traspasado por los Pistons de Detroit a los Rockets de Houston. En los últimos doce meses, sin embargo, la dolencia se agravó de tal forma que los especialistas señalaron la necesidad de un urgente trasplante de riñón.

La enfermedad degenerativa que aquejaba a Elliott es conocida como glomerulosclerosis focal. Se trata de una donencia renal que puede provocar un fallo crónico del órgano y que hace que los órganos trabajen muy lentamente sin que puedan filtar bien las impuerzas que llegan a la sangre. Ello le obligaría a tener que someterse a diálisis y, en última instancia, al trasplante, que fue la decisión tomada por los especialistas.

Elliot recibió este último diagnóstico justo antes de comenzar la fase final del campeonato de la NBA. El jugador lo mantuvo en secreto, jugó, y fue una de las claves del éxito arrollador (tan sólo dos derrotas en las eliminatorias) de los Spurs de San Antonio que conquistaron por primera vez el anillo de campeones de la NBA. Elliot jugó los 17 partidos y terminó con unos promedios de 11,9 puntos, 3,4 rebotes y 2,7 asistencias.

Los médicos esperaban realizar el trasplante en las próximas semanas, pero se vieron obligados a adelantar todo el procedimiento ante el deterioro progresivo que sufrió la salud del jugador. Los especialistas responsables de la operación han sido los urólogos Sammy Vick y Cliff Sarnecky, quienes realizaron lo que se conoce como una nefrotomía para una laparoscopia con donación viva.

El futuro de Elliott en la NBA no podrá ser determinado por los médicos hasta que no pasen al menos entre dos y tres meses, al comprobar la evolución del trasplante. El jugador nunca dijo que pensara retirarse, pero las circunstancias pueden obligarle a cambiar de opinión.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_