_
_
_
_
_
CRISIS POLÍTICA EN CEUTA Y MELILLA

Hija y nieta de socialistas

Susana ha roto la tradición. Hija y nieta de socialistas, militante del partido desde que tenía uso de razón, la tránsfuga del PSOE de Ceuta abandonó el martes esta formación con nocturnidad y alevosía. De aspecto frágil y tímido, quienes la conocen dicen, en cambio, que tiene un carácter fuerte y agrio. Susana Bermúdez Paredes ya no es la niña que correteaba por la sede del partido, a donde su padre, Ángel Bermúdez, socialista histórico, ex concejal y dirigente de UGT, la llevaba de niña. Ahora tiene 30 años y el Gobierno de Ceuta en sus manos.Casada, madre de dos hijas, sin carrera y sin un empleo estable más que llevar la contabilidad a algunas empresas hasta que fue designada vicepresidenta primera de la asamblea ceutí, tiene a sus espaldas una larga trayectoria como dirigente juvenil y vecinal. Pero sus ex compañeros de partido reconocen que dudaban de su solidez política. Quienes defienden su integridad, opinan que lo de ahora es uno más de sus arrebatos: "Ha pretendido darle una patada al PSOE", dicen, "y se la ha dado a toda Ceuta".

Más información
Llamadas y pasquines amenazantes
Bermúdez confesó "indignada" al PSOE que el GIL le había ofrecido 75 millones de pesetas
Gil: "El día 23 estaré allí y la felicitaré"

Ramón Jáuregui, responsable federal de Política Autonómica del PSOE, le dijo a la cara que no la veía preparada. Entonces ella hizo un alarde de fortaleza e integridad: frente a las tentaciones que recibía del entorno del Grupo Independiente Liberal decidió no dimitir del escaño, como habían hecho otros tres socialistas que rechazaban el pacto anti GIL, y, pese a sus reticencias, formar parte de la alianza para cortarle el paso a la formación liderada por Antonio Sampietro.

Carmen Cerdeira, eurodiputada del PSOE, dijo ayer que Bermúdez le confesó que la oferta gilista era suculenta: 75 millones, una casa en Marbella y trabajo para sus familiares en paro. Otros hablan de un sobresueldo de 600.000 pesetas mensuales. Su decisión de hacer de tapón de la crisis interna del partido, de apuntalar el pacto tripartito y los antecedentes socialistas de su familia fueron interpretados como garantía de firmeza.

Larga militancia

Susana ingresó en las Juventudes Socialistas (JJSS) a los 14 años. Su padre había luchado en la clandestinidad contra la dictadura de Franco y se afilió al partido en 1977, tan pronto como se legalizó. Su abuelo fue represaliado en el franquismo por pertenecer a las JJSS. El pasado de la familia, ceutí de toda la vida, era más que un aval. Sus declaraciones tampoco hacían presagiar flaqueza. "Mi partido me estaba pidiendo una muestra de lealtad y la asumí", dijo hace dos semanas. Sin embargo, su fidelidad duró bien poco. Los hechos han demostrado su carácter voluble. El pasado lunes por la mañana votó en un pleno con el tripartito... Y por la tarde firmó ante notario la moción de censura del GIL.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_