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Reportaje:GAVIOTA PATIAMARILLA

Ejercicios de vuelo

Desde los acantilados o los puertos de mar se percibe una especie de fuertes gemidos que algunas gaviotas parecen dedicarnos. Lo que parecen dos especies distintas, una de color blanco y pizarra en las alas, y otra de color pardo moteado con zonas negruzcas, son en realidad individuos de la misma especie, la robusta y abundante gaviota patiamarilla. Los ejemplares jóvenes han salido del nido con su característico color pardo, ejercitándose en la difícil tarea del planeo impecable entre las corrientes de aire que se deslizan entre las rocas, el mar y los acantilados en los que suele anidar. Para esta función requiere zonas de acceso poco fáciles para los humanos inquietos. Deben su nombre a las patas y picos de color amarillo que las identifican con relativa comodidad. Su población ha aumentado de forma apreciable por haberse adaptado a nuevas formas de alimentación: no desperdician la ingente cantidad de restos que poseen nuestros vertederos. En algunas zonas puede haber incluso un número que podría exceder cantidades razonables, pero ahora tan sólo nos quedamos con la belleza de esos vuelos de iniciados que aprovechan como pocos las corrientes térmicas que el caluroso verano del Sur nos depara, como en esa Málaga tan costera y turística.

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