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EL ESCORIAL

Esta vez iba en serio

Hay que ver lo que va de un sábado a un martes. En la primera corrida de las fiestas escurialenses, toros de risa para toreritos en la cumbre. En la corrida de ayer, toros serios para toreros de media tabla. En el festejo del sábado, orejas a porrón. En la del martes, una orejita y pare usted la jaca, amigo.Luego resultó que esta corrida, que iba ya en serio, resultó más interesante y entretenida que las de las seis orejas y el rabo. Porque cuando los toros salen problemáticos, los toreros han de empeñarse de mil maneras para sacar algún partido. Y el que es aficionado, de verdad, a esta fiesta de los intríngulis, disfruta más que ese público que va a pedir "la otra, la otra".

Peña / Liria, Uceda; Hermoso Cuatro toros de Fernando Peña, bien presentados y de escaso juego

Pepín Liria: aviso con retraso y aplausos y saludos; aviso antes de tiempo y oreja. Uceda Leal: silencio en los dos. Un toro del Jaral de la Mira, exageradamente demochado y otro de Fernando Peña, despuntado, ambos para rejoneo. Pablo Hermoso de Mendoza: aplausos y saludos; aplausos y también pitos cuando saluda. Plaza de El Escorial, 10 de agosto. 2ª y última corrida de feria. Tres cuartos de entrada.

Los toros de Fernando Peña exhibieron un trapío muy digno, si se tiene en cuenta que el coso de El Escorial es de tercera categoría, y no es lícito pedir que salgan catedrales. Todos bien enmorrillados y con seriedad. El juego que dieron ya fue distinta copla. El que Hermoso de Mendoza rejoneó en cuarto lugar fue tardo, distraído, con tendencia a cortar terreno. Le costó mucho al caballero meterlo en el caballo. Los de Pepín Liria fueron violento y brusco el segundo y muy flojo y parado el quinto. Y Uceda Leal tuvo un morlaco que se frenó en capote y muleta y que fue siempre a regañadientes; y un toro listo que se revolvía y terminó no queriendo tomar la muleta.

Pepín Liria trató de dominar a su primero y sólo lo consiguió a ratos. Cuando, a base de bajarle la mano y porfiar se hacía con él, luego lo dejaba refrescar y tenía que ir a buscarlo a otros terrenos. Por eso le costó matarlo. Con su segundo, que no tenía fuerza, aprovechó su media arrancada para sacar algún muletazo templado, sobre todo por el pitón izquierdo.

Uceda Leal sólo brilló en el saludo a la verónica al sexto del encierro. En sus dos toros estuvo queriendo e insistiendo para obtener muy pocos resultados.

El rejoneador, que mató en primer lugar un toro del Jaral, tuvo que torear mucho a caballo y acertó al clavar rejones y farpas. Con los rejones de muerte, flojito. Con el que corrió en cuarto lugar estuvo caracoleando, sin decidirse a entrarle, hasta que una voz del tendido le gritó que diera menos carreras y toreara más. Se encorajinó el jinete y, a partir de entonces, arriesgó en pasadas muy ceñidas y estuvo más lidiador. En esta línea, puso un excelente par a dos manos, por los terrenos de dentro, superando todas las dificultades de la res. En este toro Hermoso tuvo que meterse encima de los pitones, aún a riesgo de que el animal le tocara los flancos de la jaca. Hubiera obtenido un triunfo de no haber matado de un pinchazo, un rejón trasero y atravesado y, pie a tierra, dos descabellos barrenando.

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