La Iglesia ortodoxa reúne a toda la oposición serbia contra Milosevic
La Iglesia ortodoxa serbia logró reunir ayer, por primera vez desde 1997, a todos los líderes de la oposición al presidente yugoslavo Slobodan Milosevic. Todos ellos confirmaron su presencia en la manifestación prevista el día 19 en Belgrado. A iniciativa del patriarca ortodoxo Pavle, se entrevistaron en el Patriarcado muchos de los dirigentes -algunos enfrentados entre sí por rencillas personales-, que exigen desde hace mes y medio la dimisión de Milosevic.
"La manifestación del día 19 supondrá una especie de referéndum sobre el apoyo de la población a los cambios y será el principio del fin del régimen", dijo Zoran Djindjic, uno de los líderes de la pro occidental coalición Alianza para el Cambio. El Sínodo de la Iglesia ortodoxa debe reunirse hoy para decidir su participación en esa protesta y considerar una posible mediación entre la oposición y Milosevic, según informó el coordinador de la Alianza, Vladan Batic. "La Iglesia considera que Serbia ha tocado fondo y lo mejor de esta reunión es que, pese a nuestras diferencias, nos une la necesidad de que se produzcan reformas", agregó Batic. Ésta ha sido la primera vez en dos años que se veían el líder del Movimiento de Renovación Serbio (SPO), Vuk Draskovic, y Djindjic, que hasta ahora habían librado por separado su lucha contra Milosevic. Djindjic y Draskovic no mantenían contacto alguno desde 1997, cuando la coalición en la que figuraban ambos (Zajedno)se deshizo debido a desavenencias internas tras lograr el control de 14 ayuntamientos serbios, entre ellos el de la capital.
Gobierno de transición
Al Patriarcado asistieron también economistas del grupo independiente G-17, que la semana pasada propuso un Pacto de Estabilidad para Serbia que prevé la formación de un Gobierno de transición formado por expertos. Según el coordinador del G-17, Mladan Dinkic, todos los partidos acordaron ayer apoyar la formación de ese Gabinete. Draskovic dijo a la salida del Patriarcado que ese Gobierno debería de ser el resultado de consultas entre todos los partidos parlamentarios y sus tareas primordiales serían la de incluir a Serbia en el Pacto de Estabilidad para el sureste de Europa, resolver la crisis en Kosovo y convocar elecciones generales en seis meses.Djindjic agradeció la inclusión de la Iglesia en el proceso político y dijo esto que servirá para movilizar a la sociedad civil. La Iglesia ortodoxa fue la primera en pedir la retirada de Milosevic del poder en junio, al concluir la guerra de Kosovo, tras alegar el "interés del pueblo". Durante los últimos 10 años, esta institución se ha mantenido de manera oficial al margen de la política, y el patriarca Pavle se ha ganado el respeto de todos por sus continuas llamadas a la reconciliación.
Pero quizá la guerra de Kosovo -que acabó en junio tras 78 días de bombardeos de la OTAN contra Yugoslavia-, haya sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia eclesial. Kosovo, antigua sede del Patriarcado ortodoxo y corazón de Serbia durante la Edad Media, tiene más de 2.000 iglesias y monasterios, muchos de los cuales están siendo saqueados estos días por la población albanokosovar. Este hecho, y el hostigamiento que sufre la población civil serbia, han forzado a la Iglesia a tomar un papel más activo.
El acercamiento de la Iglesia a la oposición ha enfurecido a los ultranacionalistas del Partido Radical, en el Gobierno. Sus líderes acusaron ayer a la Alianza para el Cabio de "intentar una división en el seno de la Iglesia ortodoxa", al implicar a sus jerarcas en su "campaña para usurpar el poder".
Quien se personó en la reunión de ayer para marcharse antes de que empezara fue el ex general Momcilo Perisic, ex jefe del Estado Mayor del Ejercito, quien ha creado un nuevo partido, el Movimiento para una Serbia Democrática, que también abogará por la destitución de Milosevic.
