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Primera acusación formal en Estados Unidos sobre el escándalo de Salt Lake City

La justicia de Estados Unidos planteó ayer la primera acusación formal relacionada con el escándalo de los Juegos Olímpicos de Invierno de Salt Lake City del año 2002, después de que un empresario, David Simmons, aceptó declararse culpable y colaborar en la investigación. El implicado en el Comité Olímpico Internacional (COI) es el último miembro que fue investigado, el ex vicepresidente surcoreano Un Yong Kim.El Departamento de Justicia señaló que Simmons, se declaró culpable de evasión impositiva en relación con un plan para ayudar al hijo del entonces poderosodirigente del COI, y uno de los más destacados aspirantes a suceder en la presidencia a Juan Antonio Samaranch, a obtener residencia permanente en el país otorgándole un empleo fraudulento en su empresa. Fuentes judiciales señalaron que Simmons admitió haber utilizado una serie de facturas falsas para ocultar el hecho de que el salario del hijo del dirigente era financiado por el comité de la candidatura olímpica de Salt Lake City. De ser confirmada la evasión tributaria, Simmons podría ser condenado a un año de cárcel y a una multa de 10.000 dólares, aproximadamente 1.600.000 pesetas. Según el acuerdo extrajudicial, utilizó al hijo "con el propósito de influir en el voto de su padre en favor de la ciudad capital del estado de Utah como sede de los Juegos de Invierno", expresó el Departamento de Justicia. Ni el padre ni el hijo fueron identificados, pero es evidente, después de largos meses de escándalo, que se trata de Kim y su hijo.

El Departamento de Justicia inició la investigación a finales del año pasado tras denunciarse que los miembros del comité de la candidatura de Salt Lake City entregaron dinero en efectivo, becas, atención médica y otros regalos a miembros del COI para conseguir sus votos y la concesión de la sede de los juegos del 2002. Ello provocó el mayor escándalo de la historia del COI, que se saldó, tras un fallecimiento, con tres dimisiones, cinco expulsiones y varias amonestaciones más o menos graves, entre ellas la de Kim.

La empresa de Simmons, Keystone Communications, deducía el salario del empleado Kim como si fuera un gasto de representación, dijo el Departamento de Justicia. "En realidad, Simmons sabía que las cantidades pagadas al hijo se originaban en un acuerdo ilegal que le permitiría conseguir residencia legal permanente" en Estados Unidos, agregó. El Departamento de Justicia indicó que el sueldo el primer año fue de 50.000 dólares, unos ocho millones de pesetas, y que se incrementó a 70.000, más de once, en el segundo. "Como compensación, a Keystone se le reembolsaba con una serie de arreglos, incluyendo servicios de consultoría y de filmación que esa empresa nunca prestó", agregó.

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