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Bogotá suspende el diálogo con las FARC previsto para el martes

Las negociaciones que tenía previsto iniciar el martes día 20 el Gobierno colombiano con la guerrilla de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) ha quedado suspendida sine die, según anunció anoche el presidente del Senado, Fabio Valencia. La razón esgrimida por Valencia ha sido la falta de acuerdo entre las partes sobre los integrantes y las funciones de la comisión internacional de verificación en la mesa de negociación, que debía instalarse en la población de Uribe, en el departamento del Meta.

En declaraciones a la emisora Radio Caracol, Valencia afirmó que "ambas partes", a la vista de estas diferencias de apreciación, decidieron esperar hasta el 30 de julio y ver si se resuelven.

Otro de los desacuerdos citados por el presidente del Senado colombiano ha sido la composición de la comisión internacional de verificación y su carácter.

El presidente del Senado colombiano no quiso hablar de fracaso en el diálogo con las FARC porque "es un proceso lento, muy difícil, en el que estamos tratando de superar una guerra de 40 años en el país y, por lo tanto no es fácil a veces ponernos de acuerdo".

Por su parte, en San Vicente del Caguán, departamento de Caquetá, que forma parte de la zona neutral, con control de las FARC y sin presencia del Ejército, los portavoces de ambas partes emitieron un comunicado firmado, además de por Valencia, por el Alto Comisionado para la Paz, Víctor Ricardo, y otros dos negociadores del Gobierno, mientras que por parte de las FARC figuran sus tres portavoces autorizados, Raúl Reyes, Joaquín Gómez y Fabián Ramírez.

La puesta en marcha de esta mesa de negociación entre el Gobierno y las FARC ya había sido pospuesta el pasado 6 de julio. La semana pasada, la guerrilla de las FARC lanzó una ofensiva en las inmediaciones de Bogotá para presionar sobre el Gobierno de Andrés Pastrana.

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El Ejército repelió, tras sufrir decenas de bajas, la agresión guerrillera. La contraofensiva, según la versión oficial, supuso un fuerte golpe para la principal guerrilla del país.

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