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FÚTBOL

Del blanco al negro

El Real Madrid justifica el cambio radical en sus camisetas de fútbol en la búsqueda de un incremento en la ventas

Mábel Galaz

El Madrid se viste de negro. El oscurecimiento de su uniforme no tiene nada que ver con sus problemas deportivos ni con la marcha de algunas de sus estrellas; tampoco parece que se trate de una respuesta a las divisiones de la junta directiva. El Madrid se viste de negro porque, según un estudio de la mercadotecnia del club, todo cambio radical en la camiseta dispara las ventas. No es suficiente añadir una raya más a las mangas o cambiar el botón del cuello: los compradores se lanzan a las tiendas cuando la transformación es total. El Madrid recibió hace un par de meses varias propuestas de Adidas, la marca que tiene la exclusiva de la ropa del club. Un grupo de diseñadores trabajó sobre todo en el cambio de color. Probaron con un rojo chillón y un verde botella, pero al final triunfaron el negro y el azul cielo. El negro será el segundo equipamiento en la Liga de Campeones, y el azul sustituirá al morado que se ha venido utilizando como uniforme suplente en los encuentros de Liga. La elección se adoptó tras largas deliberaciones. "Fue al final la junta directiva la que tomó la decisión, la que apostó por estos colores", explica Mariano Escriña, director del departamento de mercadotecnia del Madrid. "El negro es un color que está de moda entre la gente joven. Hasta los niños piden ropa oscura. Además, es la tendencia. El Manchester también lo utiliza, al igual que los Blazers en la NBA". Escriña admite que en la decisión ha tenido que ver el estudio de mercado que el club tiene en su poder. "Cuando hemos hecho pequeños cambios en la camiseta, apenas se ha notado en las ventas, pero si la modificación es sustancial las ventas se disparan. Los chavales piden entonces a sus padres la nueva camiseta, se dan cuenta de que la que tienen se ha quedado vieja".

La plantilla del Madrid no ha tenido nada que ver en el cambio. Ni tan siquiera ha sido consultada por la directiva. "Se trata de una decisión puramente comercial", apunta Escriña. A los jugadores sí se les consulta, en cambio, sobre el diseño.

Una modificación en el cuello, en la sisa o sobre todo en el tejido es sometida a debate en el vestuario. El club quiere que los jugadores estén cómodos, que ninguna arruga o rozadura les perturbe cuando están en el terreno de juego. Por eso una comisión de jugadores, en la que están los capitanes y alguno de los más jóvenes, se somete a pruebas. Son ellos los que insisten en que las sisas sean amplias para que el sudor no se acumule, que el tejido resulte suave y lo más natural posible para el que sufra alguna alergia. El pantalón, según sus peticiones, siempre tiene que ser amplio y lo más largo posible. Nadie entiende, escuchando a las estrellas del Madrid, cómo Alfredo di Stéfano pudo convertirse en uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos embutido en unos estrechos pantalones blancos y en una camiseta pegada de manga larga, en un modelo que se asemejaba más a ropa interior que a ropa deportiva.

Esta semana, el nuevo equipamiento del Madrid estará ya en las tiendas. Será entonces cuando el club comenzará a saber si esta apuesta tan arriesgada va a tener aceptación entre los aficionados. Hasta ahora la sorpresa es la nota dominante. El socio del Madrid es fiel a las tradiciones, y eso de pasar del blanco al negro, en principio, le choca. En el club se han recibido ya algunas quejas por el cambio, pero las ventas serán, a juicio de los responsables de la mercadotecnia, las que indicarán si se ha tomado una decisión acertada.

Lo que sí sospechan en el club es que, de nuevo, la camiseta con el número 7, el de Raúl, será la más solicitada. Las cifras son elocuentes. Según los datos facilitados por el Real Madrid, de las 600.000 prendas que se vendieron la pasada temporada, 200.000 llevaban el nombre del jugador madrileño. Su número ha sido un valor estable, como el de Roberto Carlos, el preferido de los chavales, que ha vendido 150.000 camisetas con su dorsal. La venta de otros uniformes se ha resentido o ha ascendido según el rendimiento de sus propietarios. Así, en la primera vuelta de la Liga, la camiseta de Morientes estaba arrinconada en las tiendas, pero, conforme el delantero fue remontado su racha negativa y marcando goles a pares, hubo que reponer existencias rápidamente.

Este año también ha sido muy malo para jugadores con fecha de caducidad en el equipo. "En cuanto los periódicos empezaron a hablar de la marcha de Davor Suker, las ventas se resintieron. La afición se desengancha rápidamente de los jugadores que anuncian su marcha", explica Escriña, que también reconoce que las camisetas de los nuevos tardan en implantarse. "La gente suele esperar hasta saber si el jugador va a ser titular".

El Madrid tiene registrados ya 300 artículos con el escudo del club. Las camisetas son el producto que más se vende, seguidas de la ropa deportiva de paseo. Las ventas de balones se disparan en navidades. Y las bufandas son el recuerdo que prefieren los turistas. El club prepara una nueva colección de ropa de cama para el otoño: sábanas y edredones. Nada mejor para los madridistas que soñar con las victorias del equipo arropados con sus colores.

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Sobre la firma

Mábel Galaz
Fue la primera mujer en pertenecer a la sección de Deportes de EL PAÍS. Luego hizo información de Madrid y Cultura. Impulsó la creación de las páginas de Gente y Estilo. Ha colaborado con varias cadenas de televisión y con la Cadena Ser. Ahora escribe en El País Semanal.

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