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Maragall se propone abanderar la lucha contra la corrupción y devolver el interés por la política

El candidato socialista a la presidencia de la Generalitat, Pasqual Maragall, mostró ayer su convencimiento de que el desinterés de los ciudadanos por la política se explica en parte por el goteo de casos de corrupción que afectan a la vida pública. Maragall se comprometió a abanderar la lucha contra la corrupción en Cataluña y contribuir al mismo tiempo a devolver el interés por la política a partir de un programa basado en el "cambio del cambio" que Felipe González prometió en 1993. A su juicio, éste no pudo cumplir su promesa porque estaba "atado de manos".

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Maragall y el primer secretario del Partit dels Socialistes (PSC), Narcís Serra, participaron ayer en un almuerzo en Terrassa (Vallès Occidental) junto con unos 180 alcaldes socialistas que celebraron su victoria electoral del 13 de junio. Pero más que para celebrar la victoria pasada, el acto se concibió como una puesta a punto de todo el aparato territorial socialista para contribuir a la campaña de Pasqual Maragall. El lema fue explícito: Ayuntamientos y Gobierno haremos el cambio en Cataluña. Entre los asistentes se encontraba el alcalde de Tortosa (Baix Ebre), Joan Sabaté, militante de Iniciativa per Catalunya. Maragall lamentó el poco interés que los ciudadanos tienen por la política y lo achacó, en parte, a la corrupción. "La gente no entiende que la corrupción no pueda evitarse en la vida pública", aseguró. El candidato socialista no se refirió a ningún caso concreto, pero se mostró convencido de que la corrupción dejará de estar en primer plano con un eventual gobierno encabezado por él. El candidato se propuso como objetivo devolver a los ciudadanos el interés por la política y mostró su receta para conseguirlo: retomar el mensaje del "cambio del cambio" que Felipe González prometió en 1993, después de ganar por última vez las elecciones. Maragall dijo que el ex presidente del Gobierno no pudo llevar a cabo su propósito porque se encontraba "atado de manos" y explicó cómo entiende el "cambio del cambio": como una política basada en la gestión, de "acercamiento a las clases medias" y que sea capaz de responder a las preocupaciones que afectan realmente a los ciudadanos. En este contexto de resonancias de nuevo laborismo, Maragall redobló su confianza en las empresas para conseguir que la sociedad prospere. Asimismo, agradeció al consejero de Economía, Artur Mas, las críticas que lanzó a la cena que celebró con 400 empresarios para financiar su campaña. "[Las críticas] me han hecho un gran favor al multiplicar la audiencia y la resonancia del acto", aseguró. El candidato hizo también una lectura muy positiva de la cena durante la reunión que ayer celebró el secretariado del PSC. Fuentes de la dirección explicaron que Maragall subrayó que el éxito de convocatoria es una muestra de los vientos de cambio y de que "la gente ha perdido el miedo". Maragall tiene previsto celebrar próximamente dos comidas populares -en el Baix Llobregat y el Barcelonès- para evitar una imagen exclusivamente escorada hacia los empresarios. El secretariado decidió también que el PSC apoyará a Joaquín Almunia como candidato del PSOE en las generales. En su intervención, José Borrell pidió que el partido ponga énfasis en que el mecanismo de primarias "debe ser incorporado para siempre a la cultura política del partido".

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