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Farnós anuncia la introducción de incentivos, autonomía de gestión y competencia en los hospitales públicos

El consejero de Sanidad en funciones, Joaquín Farnós, apostó ayer de forma decidida por introducir fórmulas de gestión privada en los centros sanitarios públicos de forma inmediata. El dirigente popular abogó por la autonomía de gestión en la dirección de los centros y defendió un enfoque de libertad de mercado sanitario caracterizado por la competencia entre hospitales y la libertad de elección de médico y centro. Farnós, quien cuenta con pocas posibilidades de seguir ocupando la consejería, pretende que el Hospital de Alzira -el primer centro público español de gestión privada- sea el espejo en el que se miren todos los centros de la red sanitaria pública valenciana. Otro de los puntos de la nueva fórmula de gestión que el Partido Popular se ha marcado aplicar en la próxima legislatura consiste en introducir incentivos a los profesionales para mejorar su rendimiento laboral, así como introducir el llamado pago capitativo, es decir, la financiación de los centros en función de los habitantes de su área de influencia. El primer hospital que seguirá la estela de Alzira, excepto en la concesión administrativa de la gestión a una entidad privada, será el hospital de Vila-real, según anunció Farnós durante la presentación del balance de la legislatura pasada al frente del departamento de Sanidad. El siguente en la cola es el hospital de Xàtiva, en similares condiciones que el anterior, es decir, manteniendo la gestión pública pero con criterios de empresa privada. Ambos recibirán de la consejería 52.000 pesetas anuales por cada habitante de su área de influencia, frente a las 32.000 que Sanidad paga a la Unión Temporal de Empresas que gestiona el hospital de La Ribera por cada uno de los 230.000 habitantes del área 10, cuya atención sanitaria corresponde al hospital de Alzira. Tras estos dos hospitales seguirán el resto de centros dependientes del Servei Valencià de Salut. Farnós se apoyó en los "excelentes resultados" del hospital de La Ribera para exportar los criterios de funcionamiento de este centro al resto de la red pública. Oportunidad política La adaptación, sin embargo, será gradual debido a la "alergia y resistencia a modificar cualquier cosa, y más en sanidad" y se desarrollará buscando el momento de "oportunidad política" más indicado, sin olvidar, dijo, los resultados del Hospital de la Ribera. Farnós se apoyó en la mayoría absoluta obtenida por el PP en las recientes elecciones para justificar el apoyo de los valencianos al nuevo modelo de gestión "incluido en el programa electoral" popular. "No han conseguido asustarlos", señaló, acusando a la oposición de haber intentado "sembrar la intranquilidad" del electorado al advertir de los deseos privatizadores de los populares. El aún consejero pasó de puntillas sobre la infeción masiva de hepatitis C, señalando que su departamento actuó con "rapidez" y una "tremenda eficacia". El balance se completó con una descripción idílica de la sanidad valenciana fruto de la comparación de numerosas variables sanitarias (camas por habitantes, tiempo de ingreso, número de consultas, lista de espera, entre otras) a fecha de 1999 con datos de principio de la legislatura pasada.

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